«La escuela rural garantiza una atención individualizada, no puede desaparecer»
Noelia Pedrosa, directora del colegio de Osorno, aspira al premio Mejor Docente de España en Educación Infantil
HENAR MACHO
Palencia
Domingo, 14 de agosto 2022, 13:23
Derrocha humildad y se nota a la legua que le apasiona ser maestra, palabra que pronuncia en mayúsculas. La palentina Noelia Pedrosa, de 31 años, ... es la directora del colegio Nuestra Señora de Ronte de Osorno, ha escrito un cuento infantil y ha sido propuesta por las familias del centro como candidata al premio Mejor Docente de España 2022 en la categoría de Educación Infantil. Unos galardones conocidos como los 'Goya' en el sector educativo, que otorgan cada año, desde 2017, la Plataforma de Profesores EDUCA, la Obra Social Abanca y la Plataforma Maestros Innovadores, Alumnos competentes (MIAC), con el objetivo de reconocer y dar visibilidad a la labor docente y su importancia en el proceso de aprendizaje de su alumnado.
Aunque no niega que le encantaría estar entre los diez finalistas –ha logrado ser una de las 27 candidaturas seleccionadas de entre un total de 1.300–, asegura que el premio para ella es que las familias le hayan nominado. «No considero que tenga algo diferente a otros compañeros, lo único que aplico es una metodología de escuchar, algo que nos tienen que inculcar desde pequeños, porque siempre se valora más que el niño hable, pero no les enseñamos a escuchar», explica. Por ello, considera que las familias se han sentido atendidas y valoradas, y es lo que han querido premiar.
En este sentido, se define como una «maestra en movimiento», ya que es consciente de que esta profesión exige estar al día de las tendencias educativas y las necesidades de los pequeños. «Soy una persona tranquila, la inquieta es mi mente», asegura. Desde el colegio se trabaja para, en la medida de lo posible, dar respuesta a los requerimientos de los 88 alumnos que actualmente forman parte del centro.
No obstante, los comienzos no fueron fáciles. Cuando llegó a Osorno hace tres años, comenzó dando clase a alumnos de 5 años. Fue durante el segundo curso, el 2020-2021, cuando se le propuso asumir la dirección del colegio. «Con todo el año de pandemia, no llegué a conocer al cien por cien el centro y encontré muchísimas dificultades», apunta. Pasó de estar a pie de aula, con nueve niños, a organizar y dirigir un centro educativo, estando al frente no solo del alumnado y sus familias, sino también del personal laboral, el Ayuntamiento, los consejos escolares… «Algo que es totalmente diferente y a lo que no se nos ha enseñado a los directores», recalca. «El aprendizaje es ensayo-error constantemente», subraya, ya que, aunque reciben un apoyo desde la Consejería de Educación a través de unas horas de formación, «realmente no estamos formados para el ámbito administrativo de un centro educativo».
Noelia Pedrosa es fiel defensora de la educación en el medio rural. «No pueden desaparecer las escuelitas rurales porque es luego muy difícil que nos las vuelvan a abrir», incide. Y asegura que el colegio rural, con una ratio muy baja, que suele ser de entre 9 y 10 alumnos por clase, sumado a la cercanía con las familias, es lo que garantiza una atención individualizada. «Es lo ideal», añade Pedrosa.
Otro de los factores que aseguran el éxito educativo y la prevención del absentismo escolar es, según Pedrosa, conseguir y mantener la motivación. «Lo que tenemos que desarrollar los docentes en ese niño o esa niña desde la Educación Infantil hasta Primaria, y me atrevo a decir en Secundaria y la Universidad, es la motivación por un aprendizaje. Si no tenemos una motivación, que es el agente promotor de cualquier aprendizaje, no vamos a desarrollar nada», asegura.
El sistema educativo español aún se rige por el libro de texto, pero para docentes como Noelia Pedrosa, esta herramienta se ha visto sobrepasada y se utiliza como mero apoyo o guía para el docente. Así, desde que se hizo cargo de la dirección del colegio de Osorno, ha impulsado un cambio pedagógico que promueve un uso adecuado de las tecnologías y proyectos educativos basados en la investigación. «La mejor forma de aprendizaje de un alumno es una investigación, partir del interés del niño», asegura, y aprovechar cuestiones de actualidad como la pandemia o la guerra de Ucrania para abordar diversos contenidos curriculares a la vez.
Asimismo, durante el pasado curso desarrollaron el proyecto de innovación educativa EFFA (Espacios Flexibles de Formación de Aprendizaje), que trata de que cualquier espacio del centro se adapte a las necesidades y los intereses del niño. «Damos clase en el aseo, suena a locura, pero se puede», bromea. «Nuestros pasillos son robóticos y allí desarrollamos el pensamiento computacional», agrega. Así, los niños trabajan lateralidad, contenido curricular, lectura, escritura, lógica, matemáticas…. Unos recursos metodológicos que sirven también para dar respuesta a niños con necesidades educativas específicas.
En el colegio de Osorno también han aplicado un sistema alternativo de comunicación basado en pictogramas, para niños que todavía no han aprendido a leer. «La escritura no es el único instrumento de comunicación. El dibujo también sirve para aprender rutinas de pensamiento, y cuando lo trabajas desde la infancia, esas rutinas se interiorizan para toda la vida», sostiene.
Pedrosa apunta al vínculo con los alumnos y a la estrecha relación con los padres, como herramientas fundamentales para anticiparse y detectar posibles problemas. Además, asegura que siempre se ha puesto en el lugar de los padres, entendiendo que lo que necesitan es estar informados en todo momento. Y aunque no siempre resulta fácil mantener una comunicación fluida, al final lo importante para todos es la educación de los pequeños. «Mis verdaderos jefes son mis 88 alumnos, lo tengo muy claro», comenta.
Lenguaje infantil
La pandemia ayudó a Noelia Pedrosa a descubrir su faceta como escritora. «Me apasiona todo lo que la literatura infantil desarrolla a través de un álbum ilustrado o de un cuento escrito, el mensaje que podemos lanzar. La literatura infantil enseña y hace ver a un niño pequeño lo que tú, como adulto, en ocasiones no sabes transmitirle», comenta.
Además, valora mucho el tiempo que dedica a sus seres queridos. De ahí nació el cuento infantil 'Lina ya no tiene tiempo', el primero de una serie de cuatro ediciones que Pedrosa quiere dedicar a sus cuatro abuelos, a los que no pudo conocer. Para el próximo curso, espera tener listo su segundo cuento, que versará sobre otro de los problemas que aún persiste en las aulas, el sexismo infantil.
Pedrosa no oculta su admiración por el reconocido pedagogo Loris Malaguzzi, quien ha servido también de inspiración en esta obra, que cuenta con las ilustraciones de Tamara Durán.
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