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Las asistentes, durante el acto de Aguilar de Campoo.

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Las asistentes, durante el acto de Aguilar de Campoo. Nuria Estalayo

«No le dije a mi familia que tenía cáncer de mama hasta que pasaron las Navidades»

Medio millar de mastectomizadas de la comunidad reivindican en Aguilar de Campoo más inversión para investigar contra el cáncer de mama

Nuria Estalayo

Aguilar de Campoo

Jueves, 1 de enero 1970

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«El 11 diciembre me noté un bulto, pero no dije nada a mi familia hasta después de Reyes. No quería fastidiarles las Navidades». Era el año 2000. Tomasa Pradas Lozano, de Aguilar de Campoo, tenía 54 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. «Como me lo vi yo, ya me lo esperaba. Me operaron el 30 de junio, me quitaron 8 ganglios, pero no el pecho. Me dieron quimio y radio, lo pasé muy mal, pero he tenido el apoyo de mi familia». Tomasa recuerda que lo que fue más deprimente para ella fue cuando se le cayó el pelo, «pero luego te vas recuperando». Aunque el tratamiento es fuerte, hay solución. También he tenido más tarde leucemia y me dieron más quimio. Ahora me hago revisiones constantes, cada 4 meses». Esta palentina comenta que en estos momentos se encuentra especialmente triste por el reciente fallecimiento de su marido. Pero sus hijos le animaron a participar ayer en el encuentro de Aguilar, una jornada lúdica y reivindicativa del Día del Cáncer de Mama a la que ha acudido todos los años desde su diagnóstico. «Estas reuniones están muy bien porque se anima a la gente que ahora lo está pasando mal». Insiste en que «hay solución» y aconseja a las mujeres «que se preocupen por ellas, que vayan al médico y se hagan revisiones periódicas».

Ana María Ramos Rodríguez es de Valladolid. Hace 26 años le extirparon el pecho izquierdo. Tenía 56 años. Ahora, ya octogenaria, quiere decirle a todas las mujeres «que de esto se sale». Relata que ella se enteró un día que acompañó a una amiga suya que tenía cita para hacerse una mamografía. «Cuando estaba allí me aconsejaron que me la hiciera yo también, la hice y me lo encontraron. Luego tuve tumores en el derecho y hace 14 años me lo extirparon también». En su caso, el mal es hereditario. «Con el primero me lo esperaba porque mis padres murieron de cáncer, el segundo fue más inesperado. Pero mi marido me dijo: como te hundas, nos hundes a nosotros, y me vine arriba». En su caso no fue necesario aplicar radioterapia, su tratamiento se redujo a la quimio.

El respaldo de sus hijas fue, dice, fundamental. «Mis hijas me apoyaban mucho, aunque a veces tenía que apoyarlas yo a ellas». Ana María, que es voluntaria de la Asociación Contra el Cáncer, no falta a estos encuentros anuales desde hace 10 años que murió su marido de un cáncer de próstata. Considera que el apoyo de la asociación «es muy importante». Su consejo para las pacientes: «Que no se derrumben, que de esto se sale. Que hay que poder con ello, no que ello pueda con nosotras. Les sugiero que se apunten a todo lo que puedan y que hagan pruebas, porque cuanto antes se diagnostique, mejor es la solución».

A Mamen San Millán Velasco, que reside en Barruelo de Santullán, un municipio de la montaña palentina, le diagnosticaron el tumor maligno con 36 años. «Fue hace 12 años. Me noté que tenía un bulto en el pecho y fui al médico. Me extirparon el pecho derecho. Recibí tratamiento de quimio y estuve con tratamiento de fármacos y poniéndome inyecciones durante dos años». Recuerda que entonces le dijeron que no iba a poder ser madre, pero a los cuatro años de la operación se quedé embarazada. Tiene un niño de 7 años, de quien dice con orgullo que «es perfecto y la ilusión de mi vida».

También integrante de la AECC, participa desde hace nueve años en estas 'quedadas' donde «cada uno cuenta su experiencia y eso te te ayuda mucho». Indica que le encanta participar en las carreras y otros eventos que se organizan. Reconoce que no fue fácil asumir que tenía cáncer y que le costó aceptarlo. Pero que hay que luchar. «Al principio, te hundes. Hay que luchar y se sale, aunque es algo que tienes para toda la vida. Al principio te hundes, te preguntas porqué a mí, porqué tan joven, pero luego sales». Para conseguirlo, subraya, el apoyo es fundamental. «Yo me hundí muchísimo, pero tuve el apoyo sobre todo de mi marido, también del resto de mi familia y de la asociación, que cuenta con psicólogos que te ayudan mucho».

Cada año salen de las consultas médicas más de un millar de castellanas y leonesas con el temido diagnóstico del cáncer de mama. Es el lado más amargo de una noticia que, sin embargo, en la actualidad, deja un sitio a la esperanza: más del 90% sobreviven a los cinco años y, aunque las revisiones forman parte obligada de la agenda, el cáncer termina siendo una enfermedad crónica pero no letal. No hay forma de prevenirlo, pero sí de atacarlo, y ahí es donde las afectadas y los colectivos que las representan ponen el acento. En torno a 550 mujeres de toda la comunidad autónoma que han padecido o sufren ahora un tumor en el pecho se reunieron ayer en Aguilar para conmemorar el Día Mundial del Cáncer de Mama, en un ambiente lúdico donde no faltó una visita a la exposición de Las Edades del Hombre, un concierto, una comida festiva y, por supuesto, la compra de galletas. Convocadas por la Asociación Española Contra el Cáncer, compartieron experiencias y reconocieron que el gran salto de gigante que se ha dado en los últimos años ha sido precisamente desmitificar la enfermedad.

No se sabe cómo evitar que aparezca. De hecho, las previsiones para el año 2025 apuntan a un incremento exponencial de todos los tumores. Pero en el encuentro de Aguilar de Campoo, las participantes reconocieron que solo hay dos armas para luchar ahora mismo contra el cáncer: el diagnóstico precoz y, sobre todo, incrementar los recursos para la investigación. «El pronóstico de un cáncer depende en buena medida del estadío en que se encuentra cuando se detecta, por eso incidimos en la importancia que tiene realizarse mamografías, la autoexploración y participar en los programas que propone la Junta para acudir a revisiones. Pero también depende de los tratamientos, y en este campo se están dando pasos de gigante. Las nuevas terapias, los tratamientos diana y la inmunoterapia son noticias muy esperanzadoras. Confiamos en que todo esto dé resultado», explicó la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer en Palencia, Leonor González.

No obstante, ella misma quiso incidir en que ayer no era un día reivindicativo ni de queja, sino sobre todo una jornada de fiesta, de celebración y de convivencia. Una puesta en común de experiencias, de vivencias. «Es fundamental compartir esa faceta más humana de la enfermedad», agregó la representante de la asociación palentina.

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