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Silvia Fernández con Noa y Rayan en Calahorra de Boedo. El Norte

El Boedo suma una familia con el programa Repuebla Calahorra

Silvia Fernández lleva un año viviendo en Calahorra de Boedo con sus dos hijos

El Norte

Palencia

Miércoles, 30 de julio 2025, 06:57

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Silvia Fernández lleva un año viviendo en Calahorra de Boedo. Llegó para quedarse, trabajar y encontrar aquí una oportunidad de futuro. No hizo el viaje sola, sino con sus dos hijos, Noa y Rayan. Se han integrado perfectamente, gracias al proyecto 'Repuebla Calahorra de Boedo: apostando por la innovación social y la sostenibilidad', impulsado por el Ayuntamiento del municipio y la Fundación Santa María la Real con el apoyo del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Silvia nació en Villafranca del Penedés, aunque siempre había residido en Vilanova i la Gertrú, en Barcelona. Por circunstancias de la vida, se trasladó a Mora la Nava en Tarragona y, hace un año, por diferentes motivos, decidió que necesitaba dar un giro a su vida y comenzó a buscar oportunidades en otros lugares.

«Me encantaba el pueblo, pero tenía problemas para encontrar trabajo y conciliar la maternidad sola. Además, los alquileres allí son mucho más caros», explica. En su rastreo de nuevas oportunidades se topó con el proyecto 'Repuebla Calahorra de Boedo' y con Vanesa Mateo, la técnica de la Fundación Santa María la Real encargada de su gestión. «Vanesa es un amor», afirma Silvia, «le expliqué mi experiencia y mi proyecto y aquí estamos». Lo tiene claro, «si no hubiera sido por ella y por el Ayuntamiento, no sé qué sería de nosotros».

Aún recuerda el primer día que llegó a esta pequeña localidad del Boedo en el norte de Palencia, hace casi un año, el 29 de agosto de 2024. «Veníamos en un coche apretadísimos, imaginaros meter toda una vida en una maleta y un par de cajas», recuerda con cierta nostalgia y una sonrisa. «Salimos de Mora la Nova, con 34 grados y un calor insoportable, en tirantes y pantalón corto… y cuando llegamos a Calahorra cerca de las ocho de tarde, nos encontramos con tormenta y una temperatura de 14 grados, ¡menuda diferencia!».

Nueva casa y empleo

En el pueblo, les esperaban con los brazos abiertos, el alcalde, Juan Carlos Campo, varios concejales y algunos vecinos con la ilusión de recibir a una nueva familia que llegaba para quedarse. El censo de la localidad palentina registraba 84 habitantes y la mayoría son personas mayores de 65 años. La llegada de una madre joven con dos niños de 12 y 9 años fue un auténtico milagro.

La comitiva los acompañó a la que, desde entonces, sería su casa y, cómo no, al principio, el pueblo se volcó con los nuevos vecinos. «Nos traían verduras y fruta de las huertas, dulces, me daban muy buenos consejos y desde el Ayuntamiento me facilitaron mucho los trámites y me orientaron para poder trabajar», dice Silvia. Empezó como cocinera en el bar del pueblo y ahora trabaja en ayuda a domicilio, a través del CEAS, y como personal de limpieza en una empresa de placas solares. Tras un año aquí, tanto ella como sus hijos se encuentran «en familia». «Nuestras vidas han cambiado al 100% para mejor», asegura.

«Ahora mis hijos tienen la libertad que yo viví en mi infancia: pueden jugar en la calle, son más independientes». No solo eso, «aquí es más fácil encontrar trabajo y mi nivel adquisitivo ha mejorado muchísimo, porque la vivienda es más económica. Sinceramente, ahora mismo, no volvería a la ciudad», afirma. Por eso, recomienda a quienes, como ella, están buscando un cambio de vida que «no se lo piensen, que se informen y se lancen». «En las ciudades hemos perdido muchas cosas esenciales que, aquí, se recuperan: el contacto con los vecinos, la naturaleza, la cercanía…».

Atención a mayores y nuevos pobladores

Vanesa, responsable de la oficina técnica de 'Repuebla Calahorra' visita todos los martes el pueblo para poder cumplir con un doble cometido: detectar las necesidades, requerimientos y áreas de mejora en atención a personas mayores y, por otro lado, ofrecer asesoramiento y acompañamiento a posibles nuevos pobladores.

Además, dos asistentes personales de Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores y/o dependientes que la Fundación gestiona en Aguilar de Campoo, acuden de lunes a domingo, para atender a 15 personas mayores de 65 años. «Cada 15 días ofrecemos atención psicológica, con un profesional especializado», apunta Vanesa y concreta que se han tramitado ocho procesos. Además, los miércoles cuentan con servicio de fisioterapia por el que han pasado una decena de personas y cada dos meses podología.

La meta final del proyecto, además de mejorar la calidad de vida de los vecinos y atraer nuevos pobladores, es elaborar sendos estudios que identifiquen las necesidades y oportunidades para luchar contra la despoblación, facilitando la llegada de nuevos habitantes. El caso de Silvia y sus hijos y las muestras de cariño e ilusión de los vecinos son, sin duda, la mejor recompensa y carta de presentación.

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