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Baltanás trabaja para recuperar el esplendor de la fiesta de San Cristóbal
La festividad se enmarcó en la jornada de responsabilidad en el tráfico que en Baltanás para recordar la prudencia y responsabilidad al volante
Numerosos baltanasiegos acudieron este domingo a la ermita de Nuestra Señora de Revilla para celebrar la festividad de San Cristóbal, patrono de los Conductores. Los actos comenzaron con una eucaristía presidida por el párroco de la localidad, Miguel Lobo, y amenizada por el Coro Parroquial Virgen de Revilla que dirige Carmina Fombellida. Los baltanasiegos recordaron especialmente a todos los conductores fallecidos en accidentes de tráfico durante el último año. La festividad se enmarcó dentro de la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico que en Baltanás se celebró con el lema 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida', recordando la prudencia y responsabilidad al volante.
Posteriormente, procesionaron al patrono de los conductores por los entornos de la ermita de Nuestra Señora de Revilla, acortando el recorrido tradicional que solía celebrarse por las Calles Real y La Virgen. A continuación, se llevó a cabo la bendición de los vehículos, muchos de ellos engalanados con flores. También en esta ocasión el Cuerpo de Bomberos se sumó a la fiesta, por lo que llevaron varios vehículos para su bendición y algunos niños acudieron con sus bicicletas, invocando también la protección del patrono de los conductores.
Como colofón, todos los transportistas recorrieron las principales calles en un vistoso desfile, con sus coches engalanados y en los que los más pequeños disfrutaron con alegres vivas a San Cristóbal desde los camiones del Cuerpo de Bomberos. Posteriormente, los conductores disfrutaron de un aperitivo en los distintos bares de la localidad. Además, varias cuadrillas y familias continuaron la fiesta con la celebración de diversas comidas de hermandad.
La fiesta todavía tiene hondo calado en el sentir de los baltanasiegos y desde el año 2011 siguen dándose pasos para que la celebración de San Cristóbal recupere todo su esplendor. Todo ello, gracias a los transportistas de la localidad, que mantienen viva esta tradición, reflejo de su propia historia. Hasta la década de los ochenta, organizaban toros y verbenas, pasando por un desfile de vehículos y una comida de hermandad.