Astudillo enmarca su paisaje con una ventana en el mirador de las yeseras

El Ayuntamiento de Astudillo ha instalado ambos elementos para invitar a vecinos y turistas a detenerse, contemplar y compartir la belleza del Castillo de la Mota, las torres de Santa Eugenia, San Pedro y Santa Clara, y promover a su vez el respeto por el patrimonio y fomentar el deporte, la naturaleza y la vida activa.

En un entorno inigualable, por donde trascurre la ruta de las yeseras, la ruta azul y por donde, además de practicar senderismo o BTT, las personas pueden adentrarse en el interior de las antiguas minas de las que se extraía el yeso, o como en Astudillo lo conocen, 'rillo'.

Patrimonio, naturaleza y cultura a caballo entre Cerrato y Tierra de Campo. De este modo, Astudillo invita a descubrir, desconectar y reponer fuerzas en su plaza porticada a todos los que se acerquen a la villa.

Con este conjunto de iniciativas, Astudillo continúa su apuesta por el turismo sostenible, activo y cultural, ofreciendo una experiencia completa a quienes buscan naturaleza, historia, tranquilidad, pero también disfrute y dinamismo a tan solo 30 kilómetros de la capital palentina. «Pensamos que este tipo de iniciativas nos permiten promocionar nuestro patrimonio de una manera original y diferente, por lo que animamos a vecinos y visitantes a que se acerquen al Mirador de las Yeseras para descubrir unas vistas únicas de Astudillo. Contemplar el amanecer o atardecer desde esta zona es una experiencia única para los sentidos», destaca la concejala Laura Illana.

Astudillo cuenta con la declaración de Conjunto Histórico Artístico desde 1995 por su gran riqueza monumental y sus notables ejemplos de arquitectura popular. La localidad cerrateña conserva restos medievales del castillo de La Mota y sus murallas, como la Puerta de San Martín; las ermitas románicas de Torre y Valdeolmos o las iglesias góticas de San Pedro, Santa María y Santa Eugenia, templos que atesoran un impresionante patrimonio artístico. Entre los monumentos astudillanos destaca el Convento de Las Claras, fundado a mediados del siglo XIV por María de Padilla. En su iglesia de estilo gótico-mudéjar sorprende el bello artesonado y las yeserías del coro. Junto al templo, Pedro I y María de Padilla edificaron un palacio con fachada de formas islámicas cuyas salas, adornadas con alfarjes y yeserías, albergan un interesante Museo de obras mudéjares y arte sacro.

Además, la localidad cuenta con grandes casas solariegas y numerosos ejemplos de la variada arquitectura tradicional de la comarca. Entre ellos destacan las bodegas subterráneas, posiblemente construidas en la Edad Media. Se trata de una red de galerías que recorre el subsuelo de la villa y de las que se han documentado más de dos kilómetros de longitud. Pasadizos de sillería, con bóvedas de cañón y apuntadas, que han originado más de una leyenda sobre su origen y función, aunque los astudillanos siempre las han utilizado para criar en ellas sus tintos y claretes. Estos pasadizos medievales, una joya subterránea única en la zona con más de 3 kilómetros de pasadizos en el casco histórico, pueden observarse en la Oficina de Turismo a través de unas gafas de realidad virtual. Junto a estas misteriosas galerías, Astudillo cuenta también con numerosas bodegas tradicionales, como las excavadas en La Mota y El Altillo, que recuerdan la importancia que por estas tierras tuvo el viñedo hasta tiempos muy recientes. La visita a la peña Manguis, fundada en 1966, permite durante todo el año conocer la riqueza etnográfica y artística de la villa, además de la cultura vitivinícola y las galerías subterráneas. Por este motivo, desde la Oficina de Turismo que dirige Marisa Franco se organizan visitas guiadas durante todo el año.