Borrar
Alfonso Polanco, Raquel Lanseros, Julio G. Calzada y Carlos Aganzo.

Raquel Lanseros comparte en Palencia su poesía sentida

La autora jerezana protagoniza un brillante recital que cierra los Encuentros en la Fundación Díaz-Caneja

fernando caballero

Martes, 30 de mayo 2017, 23:43

Tossa de Mar, donde ha participado en una original iniciativa cultural en la que los artistas convivían con huéspedes anónimos, León, donde residen sus padres, y finalmente Palencia, donde este martes ha cerrado los Encuentros con la Poesía, que organiza El Norte de Castilla con el patrocinio del Ayuntamiento. Esta ha sido la ruta de Raquel Lanseros en los últimos días. Pese a este trajín viajero, ella se mostró en el acto llena de vitalidad, recitando una poesía de varios registros, donde el pasado, el presente y el futuro estuvieron presentes.

Antes de comenzar el recital, Lanseros recorrió la colección permanente del pintor Díaz-Caneja, y vio en sus paisajes la viva imagen de lo que había visto en el viaje desde León.

Lanseros fue presentada por el poeta y director de El Norte de Castilla, Carlos Aganzo, como un «lujo» para cerrar el ciclo poético «que después de lo sembrado se ha ido consolidando». «Absolutamente extraordinaria» fue la primera definición que lanzó Aganzo a Lanseros. Aganzo destacó la «proyección internacional de la obra de Lanseros», cuya poesía, pese a haber nacido en Jerez de la Frontera, es muy cercana a nosotros en continente y contenido», y destacó también la condición de «buena lectora y traductora». «El conocimiento de otros autores y otras poesías ha ido penetrando en su obra, ofreciendo una riqueza y profundidad y encontrando en ella muchas lecturas», señaló.

Lanseros ofreció un recorrido por su obra, que se extiende por cinco libros, compilados en 2016 en Esta momentánea eternidad. Arrancó con una definición de poesía que ha escuchado en su estancia en Tossa de Mar: La poesía es lo que sucede cuando un hombre mira al más alto de los emperadores a la vez que mira al más paupérrimo de los mendigos y ve en ellos la misma cosa, lo que le dio pie a leer El hombre que espera, de su primer libro, Leyendas del promontorio. A partir de ahí, repasó su obra y su poética, con guiños al amor, al futuro, a sus raíces zamoranas, a las palabras, a su palabra favorita, al juego... Incluso a las moscas, «esos insectos que se echan de menos cuando se pasan los veranos fuera de España y que son más grandes de los que parecen». El poema dedicado a ellas aparece en el libro Las pequeñas espinas son pequeñas.

Su palabra favorita es contigo «un monumento arqueológico desde el punto de vista filológico», sentenció, y así se titula el poema que aparece en el mismo libro, Contigo, lo que nos une a tí a mí», apostilló. El público no esperó al final del recital para aplaudir a Lanseros. Cuando terminó estos hermosos y sentidos versos, brotó una fuerte ovación.

La familia de la jerezana es de Carballeda (tierra de robles, en gallego y portugués), cerca de Sanabria, un lugar para ella «entendido como espacio, tiempo y conciencia», y como recuerdo a las personas queridas de su familia, leyó Compatriotas de robles. Y familia de Laneros había en la sala, porque en Palencia viven primas que no quisieron perderse el recital, como Ana, Elena y Paquita. A ellas les dedicó La mujer que reza, del libro Los ojos de la niebla.

Un juego de palabras es el poema Declaramor de ación, por el que invitó al público a recomponer las sílabas. El viaje al futuro se materializó en 2059, un texto de tinte pesimista sobre el que ella espera «encarnizadamente equivocarme». Como contrapunto a este pesimismo, recitó Bendita alegría, del libro Croniria, un canto a una alegría que, según dijo «está menospreciada». A las órdenes del viento titula otro poema, «porque son las únicas que me gustaría tener que obedecer»; y otro, Aritmética, «palabra hermosa donde las haya». Antonio Machado merece otro homenaje con el texto 22 de febrero, el día que murió en Colliure en el exilio con una referencia al verso o versos que su hermano José encontró en su chaqueta:«Estos días azules y este sol de la infancia». Lanseros cerró el recital con el Himno a la claridad, porque «la poesía es hija de la música y del ritmo», a lo que siguió un intenso y prolongado aplauso.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Raquel Lanseros comparte en Palencia su poesía sentida

Raquel Lanseros comparte en Palencia su poesía sentida