Vuelve Artur Mas (una vez más)
El espigón de recoletos ·
«Propone dar a elegir a los catalanes entre secesión y una 'propuesta española' para mejorar –dice– el autogobierno»Antes los niños querían ser torero y las niñas tonadillera: ahora quieren estar en la primera línea política, con un conjunto de chaqueta y corbata ... y treces meses de inhabilitación del Tribunal Supremo. Parece que en Junts per Catalunya se espera con los brazos abiertos al 'expresident' y a sus elucubraciones doctrinales, como la de poner en marcha el 'procés'. De 'expresident' a 'expresident', el de Waterloo le pone letra al 'procesismo', pero Mas, que viene de esa 'huelga' rota que imponen los jueces a los sentenciados, retoma una hoja de ruta frenética y presenta libro y todo: Cabeza fría, corazón caliente, que marca la estrategia al secesionismo actual, que anda errático perdido y, como decían los profesores de historia, anda envuelto en luchas intestinas, que siempre nos sonó a callos con garbanzos.
Todo el movimiento independentista de ladrillazo fino que se da en la región de Cataluña y que genera pingües emolumentos a la guapa gente del barrio de Pedralbes, Sant Gervasi y demás, tiene su adalid en este barcelonés de 64 años, ejemplo aún del secesionismo rampante. Los amigos de la escisión de Cataluña quieren poner de moda en la otra mitad de los catalanes este movimiento, especialmente entre la progresía barcelonesa, para el largo y cálido verano que se avecina en la caliente España, a ver si arman los CDR y tsunamis otra zapatiesta para las elecciones autonómicas. Para eso, el rey Artur propone una alternancia entre Junts per Catalunya y Esquerra en la presidencia de la Generalitat durante ocho años. Todo un mito reaccionario escrito en letra bastarda y bastardilla, el de la perpetuación en el poder, también llamado búnker, y que inventaron Cánovas y Sagasta.
Lo sorprendente es que ahora, en su libro, Mas propone dar a elegir a los catalanes entre secesión y una 'propuesta española' para mejorar –dice– el autogobierno. Lo que tiene de bueno el independentismo para los que lo practican es que deja descendencia y que su estirpe no se agota: hay mucho dinero para repartir y Mas propone dividir entre los que gobiernen la Generalitat y los que negocien el 'procés': los del negocio, es decir. De manera que recoge el guante de Puigdemont y plantea crear un Consell per la República, nuevo chiringuito subvencionado a cargo del erario público para enchufar al acólito, hijo, sobrino o lo que fuere, a los que llama líderes de las 'mayorías sociales inapelables'. Eso sí es un patriarcado y lo demás son tonterías. Total, que preguntado si aceptaría sustituir al 'president' amortizado, Quim Torra, Artur Mas ha achinado los ojos de zorro y ha dicho que escucharía la propuesta. La cosa es que el candidatísimo del secesionismo habrá de ser elegido en unas primarias, en ese affaire de exhibición de músculo y para el que ya están entrenando en el gimnasio de la plaza de Sant Jaime los consejeros Jordi Puigneró, Damià Calvet y Àngels Chacón, que son la ruptura generacional 'indepe', triunfalista y guerrera. Pues eso: que el trabajo del futuro, queridos niños, no es cupletista, sino 'procesista'.
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