¡Que vienen los jueces!

Vivir para ver. El 19 de diciembre Mañueco padecía entre Egea e Igea y hoy estos dos no pintan nada. Vivir para ver. El 13 de febrero Mañueco se levantó aún como perdedor de las elecciones de 2019 y se acostó ganador de las de 2022, por tres escaños, pero ganador frente a un Luis Tudanca venido a menos no ya por haber perdido el 13-F sino por no haber sabido ejercer el liderazgo socialista. Nunca fue líder y sigue empeñado en ello. El lunes se reunió con Mañueco y salió tan feliz de haber estado solo 15 minutos. Cualquiera en el lugar de Tudanca habría tenido al presidente de la Junta en funciones siete horas reunido y, sin embargo, el gran 'estadista' Tudanca solo aguantó un cuarto de hora, lo que tardó en ayudar a Mañueco a redactar el relato («Si el PSOE no se quiere abstener...») del más que previsible apoyo de Vox al PP para la nueva Junta. Mientras, con el alcalde de Valladolid a la cabeza, el socialista Óscar Puente, le están marcando a Tudanca el paso insistiendo desde el propio PSOE en la abstención en la investidura de Mañueco para que Vox no entre en la Junta. Eso sí, como levanten desde Ferraz el teléfono y le ordenen abstenerse, Tudanca será el mayor entusiasta de esa operación. He ahí el drama del PSOE regional: otros cuatro años para buscar quién le guíe.

En estas, es el ganador de las elecciones del 13-F, por tres escaños, pero ganador, quien lleva la voz cantante en la política regional. El día 10, cuando se constituyan las Cortes, se podrá atisbar algo, muy poco, pero algo de por dónde pueden ir los tiros para la posterior investidura de Mañueco. Aunque inmediatamente, solo cuatro días después, él y el PP van a iniciar un calvario a cuenta del primero de los dos juicios por presunta corrupción en la gestion en gobiernos que presidió Juan Vicente Herrera. El lunes 14 de marzo se abrirá la vista oral de la Perla Negra, que juzga a la excúpula de Economía y a siete empresarios por el arrendamiento y posterior compra del edificio de la antigua ADE en Arroyo y las parcelas para el 'non nato' parque industrial de Portillo, ambos en Valladolid. Se sentarán en el banquilo cuatro exaltos cargos de la Junta: el exviceconsejero Rafael Delgado ( la Fiscalía le pide 11 años de prisión y la Junta, como acusación particular, 11 años y medio); la exviceconsejera Begoña Hernández (11 años de prisión le pide el fiscal y la Junta, 4); el exsecretario general y exdelegado territorial Juan Carlos Sacristán (Fiscalía le pide 11 años de prisión), y el exdirector de Excal Alberto Esgueva (6 años le pide la Fiscalía). Fallecido el consejero que los nombró, Tomás Villanueva, los ojos de la responsabilidad política de su paso por la Junta se dirigen a quien la presidía entonces. A la espera de la sentencia, es harto probable que el 14 de marzo este PP de Castilla y León empiece a redactar el adiós al herrerismo.

A esta vista oral, se une que la Audiencia de Valladolid acaba de ordenar reabrir la causa del fallido proyecto Meseta Ski, en el que la Diputación de Valladolid dilapidó más de 12 millones de euros en una pista de esquí que fue desmantelada, por orden judicial, cuando estaba a medio construir en un monte quemado. Aquel proyecto se ejecutó siendo presidente de la institución Ramiro Ruiz Medrano quien, precisamente, el día 10 volverá a jurar como procurador del PP en las Cortes de Castilla y León.

Y si a ambos casos se añade la investigación judicial que se lleva a cabo en Salamanca por las primarias en las que Mañueco fue elegido presidente regional del PP, primarias en las que además del partido provincial y la gerente está imputado el presidente popular salmantino Javier Iglesias, es evidente que el grito que se escucha en los pasillos del PP en este momento es el de ¡que vienen los jueces!

Negociar en ese calvario una mayoría para la investidura del presidente de la Junta se antoja complicado.