La camisa nueva y el tiro en la nuca, grandes soluciones
«Me temo que esos chavales, que nunca vivieron la dictadura y que ahora la reclaman, necesitarán algo más que guerreros de terracota para la vida que les acerca»
Más veces de las que pensamos nos buscamos la ruina creyendo encontrar la solución a nuestros problemas. El error es antiguo, tan viejo como el ... mundo. El primer emperador chino, Qin Shi Huang, quería, como Trump, como Putin, como Xi Jinping, eternizarse. Hay egos que desafían al tiempo. Los que creen en el Más Allá saben de eso. Como no quería morirse, Qin ordenó la búsqueda generalizada de pócimas que desactivaran a la muerte. Y, por si eso no funcionaba, también decretó la creación de miles de guerreros de terracota, un ejército para que lo protegiera en el otro mundo. El emperador murió a los cuarenta y tantos años, parece ser que envenenado por el mercurio de algún tratamiento anti-age. Pienso en él, en Qin Shi, cuando veo, desde mi ventana, a unos cuantos cientos de chavales cantando el Cara al Sol, dando Vivas a la Falange y reclamando el tiro en la nuca para Sánchez. Hay gente que, desde otras ventanas, aplaude el espectáculo. Pedro Sánchez, hijo de puta. Pedro Sánchez, tiro en la nuca, gritan mientras ondean banderas con águilas de naftalina.
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A este país se le ha ido la olla, esta sociedad está tan seriamente enferma como lo estuvo Gil de Biedma. Somos nosotros, los que conseguimos votar en 1977, los que nos dimos una Constitución, los del 82, los de Barcelona 92, los que entramos en Europa y le lavamos la cara y el alma a este país. Nosotros, los mismos de entonces, levantamos la cara a un sol que nos matará, como el mercurio al emperador, y clamamos por el tiro en la nuca para nuestro presidente legítimo. ¿De verdad que pensamos que esas viejas doctrinas, doctrinas que nos llevaron a la muerte y la catástrofe, son la pócima de la inmortalidad? Me temo que esos chavales, que nunca vivieron la dictadura y que ahora la reclaman, necesitarán algo más que guerreros de terracota para la vida que les acerca. Esta España y este futuro que se vislumbra, dan miedo.
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