Teruel Existe planta cara
La aventura humana ·
Les compro el discurso y, permítanme la licencia, les deseo que tengan éxito el 10 de noviembre. Y que cunda el ejemplo: quien mejor defiende tus intereses eres tú mismo
Los turolenses han dicho basta. Olvidados por los partidos hegemónicos durante décadas, han decidido presentarse a las elecciones generales con una marca propia, tomando ... la fórmula de agrupación de electores, y la han desposeído de ideología, lógicamente. De momento, están haciendo los deberes. Están recogiendo los avales necesarios para obtener un porcentaje suficiente para sentar al menos un culo en el Parlamento nacional. El caso de Teruel podría aplicarse a otras ciudades, léase Zamora, Soria o las que se quiera añadir. Aunque parezca nadar a contracorriente, y una lucha con connotaciones cuasihistóricas al estilo de David contra el gigante Goliat, lo que está claro es que estos ciudadanos se han hartado del ninguneo al que han sido sometidos. De momento están en fase de composición, pero el hecho es que quienes se han inscrito se cuentan por miles y el proselitismo está dando sus frutos.
Imaginemos que el ejemplo de TE fuese contagioso y a la luz de unos resultados favorables a la causa otras provincias españolas la tomasen como referencia. En el hipotético caso de que este grupo de aragoneses obtuviese un escaño en el Congreso, otros territorios verían la oportunidad de jugar a ser decisivos en la toma de decisiones o en la formación de una mayoría necesaria que permitiese gobernar a los grandes partidos. Sería emular la versión canaria. La fragmentación es un hecho constatado y es posible que esté abocada a reproducirse por esporas. (Ya he apuntado en esta columna que hace algunos años los jubilados israelíes dieron a luz un partido político que logró una representación importante en la Knesset, el parlamento de aquel país).
Tomás Guilarte encabeza la lista al Congreso. Una de sus prioridades programáticas es un pacto de Estado contra la despoblación, amparándose en que todos los españoles tienen los mismos derechos, con independencia del lugar en el que habiten. Les compro el discurso y, permítanme la licencia, les deseo que tengan éxito el 10 de noviembre. Y que cunda el ejemplo: quien mejor defiende tus intereses eres tú mismo.
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