Teta y culo
«No, definitivamente no debo ser feminista porque el tufo de estos tipos lo detecto sin necesidad de que abran la boca o las puertas del Peugeot»
Me temo que no soy feminista. Es que hay cosas que hacen las adalides del feminismo que yo no hago y supongo que será por ... eso, porque no soy feminista. Por ejemplo, nunca me he reído ante un comentario fuera de tono como Isabel Pardo de Vera, presidenta entonces de Adif, cuando Koldo García, el 'gorrión' del exministro José Luis Ábalos, le dijo que con el pantalón de traje estaba «buenísima». Tampoco consiento que se me llame bonita o me digan lo que tengo que hacer, sin dar al susodicho la dosis de sarcasmo que necesita.
Me preocupa no ser lo suficientemente feminista porque no me guste que un señor me recomiende que desabroche un botón de más o que elija una camisa de lino porque «es transparente totalmente», por muy asesor de ministro del Gobierno de España que sea. Así que de lo de buscar posiciones «para que se pueda ver la teta o el culo», ni hablamos.
No sé si es que soy rara, porque no doy por hecho que las poseedoras de dos cromosomas X seamos seres de luz. Me molesta que una cuota determine la valía de una mujer. Y siempre me han dado grima los maromos que a la primera de cambio, y sin venir a cuento, te sueltan que son muy feministas. Gracias por tu lucha, querido condescendiente.
No, definitivamente no debo ser feminista porque el tufo de estos tipos lo detecto sin necesidad de que abran la boca o las puertas del Peugeot. Su vulgaridad me molesta, pero las tragaderas de las que reparten carnés de feminismo me repugnan. Tan beligerantes contra las que no somos tan feministas como ellas, mientras ronronean ante cualquier zafiedad con tal de que un «machito» de los buenos, de los suyos, no les quite la silla. Pues no, creo que no soy de esas feministas y no puedo estar más orgullosa de no serlo.
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