El mercado persa de la vivienda
No hay más que ver cómo toda la ralea política se ofrece a avalar la compra de la primera vivienda. Antes uno tenía que ahorrar o buscar avalista. Ya no
Ojalá ser joven otra vez. Esa ilusión de quien tiene ante sí una página en blanco por vida. Todo está por decidir y en el ... horizonte sólo hay oportunidades y nuevos caminos. El futuro se plantea tan imprevisible y prometedor que incluso genera esa ansiedad y desconcierto de quien puede tenerlo todo o equivocar la dirección. Además, ser joven ahora no es como era serlo antes. No hay más que facilidades. Al alcanzar la mayoría de edad, uno recibe un regalo de 400 euros para comprar productos culturales o videojuegos. Es como una gran bienvenida a la adultez. A partir de ahí la cosa sólo puede mejorar. Y vaya si lo hace.
No hay más que ver cómo toda la ralea política se ofrece a avalar la compra de la primera vivienda. Antes uno tenía que ahorrar o buscar avalista. Ya no. La cosa parecía novedosa y resulta que ya se había sugerido e incluso implantado. Unos ofrecen un 15%, otros un 20%… mejor que en un mercado persa. Y los jóvenes llorando por las esquinas porque dicen que no se pueden independizar. Si es que ya no son como éramos.
Ni siquiera tienen arraigo. La mitad se plantea irse de España. Supongo que no a Grecia, único país de la OCDE que nos supera en paro juvenil. La cifra se sitúa alrededor del 30 por ciento. Mejor es financiarles un viaje y que vean lo que hay fuera. La emancipación no llega antes de la treintena y los hijos... Las españolas tenemos el honor de ser las que más dan a luz después de cumplir los 40. Para animar la natalidad hay incluso que ofrecerles guardería para ir a la peluquería. Y ellos que si la precariedad laboral. Excusas. En realidad, no necesitan nada de todo esto. Es cumplir los 30 y desaparece tanto inconveniente, ¿no?
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