Sánchez-Redondo SL y el plan B
Tribuna ·
«Han excedido los límites de su sociedad y deberían dar paso a otros líderes, menos ambiciosos personalmente, y que puedan recuperar la confianza ciudadana en su Estado… La pesadilla de unas terceras elecciones empieza a dibujarse»Iván Redondo es un estratega político cuya labor ha merecido un reconocimiento profesional indudable por algunos resultados conseguidos: lograr una improbable victoria del PP en ... Extremadura, ganar una moción de censura y un Gobierno posterior para el PSOE con 85 diputados muestran una habilidad desconocida en la política española y una credencial que, indudablemente, ha logrado fascinar a Pedro Sánchez y un respeto cauto del aparato del PSOE. Este queda en penumbra, tras la irrupción de las redes sociales que, dentro de su simplificación comunicativa, focalizan su atención sobre los liderazgos personales de los diversos grupos, de este modo las ideas, los programas quedan en un segundo plano, lo importante es 'caer bien', parecer próximo al ciudadano y prometerle lo que desea escuchar… Por ello, las redes tienen tendencia a favorecer caudillismos populistas, con independencia de 'noticias falsas'. Los antiguos asesores de imagen han evolucionado hacia estrategias personales el éxito de opciones políticas, por encima de otras consideraciones, con la básica meta de un ejercicio del poder que vendrá por añadidura. Así cabe entender la eficacia de los servicios de Redondo creador de un corto Gobierno 'Frankestein', según definición de Rubalcaba, tras el que se ha abierto un período de inestabilidad política, 'el bloquismo', sin salidas claras y con pirómanos prendiendo fuego al Estado español: independentistas, nacionalistas, en colaboración con Unidas Podemos (socio preferente de Sánchez) y, para que no falten emociones, el ascenso de Vox como 'partido del miedo', en expansión mientras crezca el conflicto catalán… Parece que a 'alguien' se le está escapando la situación.
Pedro Sánchez ha hecho de su acceso y ejercicio del poder un combate permanente, e inspiró a Irene Lozano a redactar su biografía titulada 'Manual de supervivencia' (2018), sintetizada en la afirmación de que su tragedia fue «ser juzgado antes de ser conocido». Resulta melodramático hablar de tragedia, pero a estas alturas, los españoles tienen sobrados elementos de juicio. La aparición de Redondo fue determinante para lograr sus fines; escucha atentamente los consejos de su preparador como cualquier boxeador; como se vio en los debates televisivos, confía en su imagen visual de 'buen chico y con idiomas', pero consciente de sus limitaciones, evita el cuerpo a cuerpo y recurre a ausencias sobre el atril de su texto y clamorosos silencios y espera que errores ajenos le allanen el camino. El resultado del 28-A confirmó la estrategia: el PSOE creció a 123 diputados y no dependía del independentismo… Pero unas expectativas erróneas orientaron a un bloqueo y nuevas elecciones, ajenas al interés general del Estado, y en un contexto mucho más deteriorado y conflictivo por la sentencia del 'procés'. Fue un primer y grave error.
Unidas Podemos es un movimiento, con apariencia de partido, y puede plantear algunas políticas locales de interés, pero difícilmente puede formar parte de un Gobierno estable cuando la «autodeterminación de los pueblos de España» es uno de sus principios fundamentales, aspecto que reafirma habitualmente apoyando cualquier iniciativa independentista. Tampoco les gusta la UE y sus líderes deberían aclarar a qué intereses beneficia una balcanización de España. La invocación de un Gobierno de izquierdas, o de derechas, es irrelevante cuando están en juego el sistema democrático de 1978, denostado por Unidas Podemos y los independentistas, y el propio Estado. Tras el 10-N, a pesar de haber perdido votos y diputados, la voluntad de supervivencia de Pablo Iglesias entró en conjunción con la de Pedro Sánchez y, tras su 'emotivo' abrazo, se evidenció el 'plan B', anunciado por Sánchez antes de las urnas: «España tendría un Gobierno estable a las cuarenta y ocho horas de las elecciones».
El Plan B de la sociedad Sánchez-Redondo SL es un Gobierno Frankestein 2, sin el factor sorpresa del primero y con costes políticos mucho más elevados por los posibles aliados. Con el Estado en situación de máxima debilidad, fruto de la ineptitud de algunos líderes políticos, solo superada por su egolatría, se fortalecen los papeles de los liquidadores, que alucinan ante lo fácil que se lo ponen, a pesar de la ineptitud y la senda del caos que ellos muestran. Pero, a pesar de las cornadas cotidianas, judiciales y de posibles aliados, Sánchez-Redondo continúan valorando la situación, tras una cortina de hermetismo negociador. A estas alturas, Redondo sabe que si nace Frankestein 2 tendrá vida corta, conflictiva y muy costosa, que fue una apuesta errónea repetir las elecciones del 28-A, pues han provocado una huida adelante de final incierto. Su trabajo para Sánchez fue muy bueno hasta que se les escapó de las manos, pues la ambición personal nunca puede ser satisfecha a costa de los ciudadanos y el Estado que los representa. Sánchez-Redondo SL han excedido los límites de su sociedad y deberían dar paso a otros líderes, menos ambiciosos personalmente, y que puedan recuperar la confianza ciudadana en su Estado… La pesadilla de unas terceras elecciones empieza a dibujarse.
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