Macron y la política ficción
«Occidente en general, y Francia en particular, cabalgan sobre cifras desoladoras en lo concerniente a la tasa de reposición (nacimientos-muertes) en ese ámbito»
Hay que tener unos argumentos muy poderosos, una información privilegiada y una determinación rocosa para que soliviantar a la gente de tu país sea el ... precio asumible que habréis de pagar tú y tu partido cuando te desvanezcas. Solo así puede contextualizarse la acción política que ha llevado a cabo Emmanuel Macron en Francia en su empeño por retrasar la edad de jubilación aplicando una prerrogativa presidencial. En realidad, su decisión obedece a las expectativas vegetativas y la rotunda proyección que vuelcan los datos. Occidente en general, y Francia en particular, cabalgan sobre cifras desoladoras en lo concerniente a la tasa de reposición (nacimientos-muertes) en ese ámbito. Podría influir el hecho de que Macron no repetirá por ley como candidato al Elíseo; aun así, ese tipo de decisiones no se toman a la ligera comprometiendo también la continuidad de quienes te promocionaron.
La apuesta del presidente galo contrasta con la ligereza con que se ejerce la acción gubernamental en otros estratos de la 'res publica'. España padece un Excel peor, que augura una pérdida de diez millones de habitantes en las próximas décadas. Es más, el esquema Ponzi es la ficción en la que nuestro país se desenvuelve en este asunto, sin que afrontemos la continuidad del sistema público de pensiones de forma realista. Así, pareciera que todo se fía al socorrido 'Dios proveerá', tan asentado en los bálsamos que emanan de las sacristías.
Amerizar con cierta displicencia en la frugal realidad de la acción política municipal, en donde remueven un parque útil para erigir una obra absurda, resulta 'peccata minuta' frente a decisiones de una profundidad trascendental, menos bucólica. Y no habrá coste el próximo mayo, cuando en esencia se libran fruslerías.
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