Eugenesia intelectual
»Si pudiésemos viajar atrás en el tiempo y regresar, perderíamos de vista a unos cuantos seres y estares»
Como el planeta afronta una carga insoportable, cabría preguntarse si este debe dar cobertura a quienes buscan la infelicidad del resto, y no la emergencia ... imprescindible del talento transversal. Ocho mil millones de bocas que alimentar son demasiadas ante recursos limitados. Si hay que optar por lo esencial, ¿a quiénes dar prioridad y continuidad vegetativa?
Cerca de un dos por ciento de la población es superdotada (lo que el eufemismo denomina ahora 'altas capacidades'). Suelen ser personas con un grado de empatía, sensibilidad y talento que son implacablemente arrinconadas en un territorio en el que prevalece la estulticia. Las frustraciones de esa ínfima parte de la población carecen de bálsamo. Por eso el mundo sufre las consecuencias de este 'apartheid'. Y no porque estos sufridores merezcan un trato trufado de privilegios, sino porque sus ideas transversales y disruptivas son acuciantes hoy, como casi siempre. La Historia ha dado sobradas muestras de ello rindiéndose ante las de los grandes genios.
La corriente de la prevalencia de los 'más útiles', que hizo eclosión en el siglo XIX a lomos del darwinismo, no se desvaneció hasta bien entrado el XX. Permanece en el formol que le aguarda a Ramón Tamames, por situar a este espontáneo en alguna parte. Pero como la estupidez se ha apoderado del mundo, se antoja urgente la reedición de esa propuesta decimonónica, para poner un poco de orden.
En la orilla opuesta de la Razón y como muestra, Ione Belarra me pone de los nervios. También por obcecarse en castrar a la totalidad de los gatos domésticos por ley. Lamentablemente, la eugenesia no es retroactiva y eso la hace inaplicable. Si pudiésemos viajar atrás en el tiempo y regresar, perderíamos de vista a unos cuantos seres y estares.
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