Rebelión en la granja
La aventura humana ·
El planteamiento apelaba a la complicidad que ha surgido entre los productores y quienes compran en el súperEl campo español necesita cambiar de mentalidad si quiere sobrevivir. Claro que sus productos en origen están mal pagados; claro que los distintos eslabones de ... la cadena que intervienen hasta que el consumidor compra el producto se llevan la porción más jugosa de la tarta; claro que tiene que competir con alimentos provenientes de otros países a unos precios imbatibles y, obviamente, todo el envoltorio al completo amenaza la continuidad de muchas explotaciones. Así las cosas, ¿qué hacer?
Hace un mes este diario publicó un interesante reportaje de Antonio Corbillón. La pieza trataba sobre una iniciativa que lentamente está calando en el mundo del consumo alimentario. El planteamiento apelaba a la complicidad que ha surgido entre los productores y quienes compran en el súper. En Francia, Nicolas Chabanne, un emprendedor con convicciones profundas, preguntó a la gente si estaban dispuestos a pagar ocho céntimos más por un litro de leche para salvar a los ganaderos. A través de una web, el público dijo sí, y se creó la cooperativa '¿Quién es el patrón?', que ha calado hondamente en la sociedad gala, disparando la producción y venta de leche y otros productos bajo este paraguas solidario. Este movimiento ha prendido en España, de la mano de Annaïck Locqueneux, residente en nuestro país durante veinticinco años. La Marca del Consumidor España lanzó en marzo su primera encuesta en Internet y, sí, los participantes aceptaban pagar cinco céntimos más por un litro de leche. En su web www.lamarcadelconsumidor.es se presentan con un lema: «Es hora de que los consumidores creemos los productos que queremos. Productos buenos, saludables y responsables», escribía Corbillón. La empresa láctea zamorana Gaza se ha sumado al proyecto y plasma en sus 'briks' que este envase contiene solidaridad hacia los ganaderos, por decirlo de un modo romántico. La iniciativa franco-española se ha extendido a otras naciones europeas y ampara a frutas, verduras, huevos y un largo etcétera, en la que también se prima la proximidad de las explotaciones. Esta es la base de la solución al problema.
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