Quitar el sueño
CON TILDE ·
Modernas o no, las mesitas de noche forman un retrato sincericida de nuestras aspiraciones humanas, ansiedades y apetitosNos quitan la mesilla. Las urgencias las han invadido de mensajes a deshora que demandan respuesta inmediata, correos que reclaman más trabajo, alarmas para pastillas ... y mucho aparato tecnológico.
Su diseño ha evolucionado de forma curiosa. Lo que empezó siendo un armarito Luis XVI, para tapar letrinas, o una mini cómoda estilo Imperio, donde apoyar el candil, toma ahora forma de bidón oxidado donde guardar la viagra y la melatonina, esconder el juguete, resguardar la 'tablet' y, sobre todas las cosas, custodiar el móvil.
En general, este mueble sigue siendo para su dueño poco más que una parcela de su caos –llegando ya a cierta edad he aprendido que la inmensa mayoría no es ordenada y que el significado de la limpieza es más relativo que la relación espacio tiempo en el cosmos–.
Modernas o no, las mesitas de noche forman un retrato sincericida de nuestras aspiraciones humanas, ansiedades y apetitos.
A veces ni eso. Cada vez somos menos los que tenemos derecho a utilizarla. La vida moderna, de solteros perpetuos, obliga a sustituir la segunda mesilla por planta o cama para el perro, y deja desprotegidos a los acompañantes de turno, que no tienen donde colocar el reloj ni salvaguardar la privacidad de su pantalla. Esto les expone a dejar sus cosas al otro lado de la cama.
Lo que, por encima de la subida del desempleo o el frenazo de la economía, más les suele quitar el sueño a esos que acostumbran a dormitar con el zumbido del teléfono como nana bajo la almohada.
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