Portugal, te quiero tanto...
«No sorprende que Pedro Sánchez intente ampliar las bases de apoyo a su futuro Gobierno progresista»
Hace cuatro años nadie daba posibilidad alguna de éxito a la fórmula que abordó el primer ministro portugués, el socialista António Costa: un Gobierno ... en minoría que contó con el respaldo de formaciones de izquierda, el Bloco de Esquerda, el Partido Comunista y el Partido Ecologista, con la garantía de no votar en contra del programa del PS. Un Ejecutivo apodado por sus detractores como 'el gobierno de la gerigonça' (chapuza), nacido con el compromiso de que todas las partes harían concesiones. Esa fórmula ha conseguido abrir una etapa de estabilidad y crecimiento económico en el país vecino.
Visto lo visto, no sorprende que Pedro Sánchez intente ampliar las bases de apoyo a su futuro Gobierno progresista con muchos de los diputados que se abstuvieron en su investidura, los de Unidas Podemos en primer lugar, pero contando, además, con amplias plataformas sociales con las que ya ha abierto diálogo. Cuando la imagen del Congreso de los Diputados de este país está en horas bajas, interesa examinar el recorrido del Parlamento y del Ejecutivo portugués en estos cuatro últimos años. Sin excluir las trifulcas.
Con un sentido de la imagen certero, los partidos de la izquierda portuguesa implicados hicieron suyo el término 'gerigonça', desarmando así a quienes pretendían minusvalorar el acuerdo, aunado en favor de la gobernabilidad del país. Portugal ha conseguido a la vez una salida del rescate económico considerada como modélica y, a dos meses de las elecciones generales, los sondeos apuntan a una repetición de la fórmula, si los socios así lo deciden. De momento, el PC ya ha dicho que sí, a pesar de que el presidente António Costa ha llegado a pactar la reforma laboral con la derecha.
Un acuerdo así es lo que Pedro Sánchez propone en el escenario complejo en el que vivimos. Permitiría que el nuevo Gobierno trabajara eficazmente, con una oposición que se mueve entre un centro derecha escaso de centrismo, la derecha conservadora y la extrema derecha, que pisa cada vez con más soltura. Si las fuerzas progresistas apoyan un programa común obviando diferencias e intentando llegar a acuerdos, se cumpliría el encargo que los ciudadanos depositaron en las urnas.
Al otro lado de la 'raya', en certera definición del periodista Eduardo Barrenechea, que fue gran conocedor de Portugal, a partir de un momento social y económico malo, a base de ceder unos y otros, han conseguido mejoras salariales, subidas de las pensiones, mayor inversión en áreas básicas como la sanidad o la educación, frenar las privatizaciones y remontar los indicadores económicos bajando el desempleo. Por supuesto, con luces, sombras y disgustos. Gobernar no es fácil. Lo importante son las personas, y a ellas se deben los políticos.
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