Pensar la mente
Después de las palabras ·
«El olimpismo de la mente no es tal; se habla de torturar la mente, no es necesario, se tortura ella misma»
No sé si tenemos mente, o alguien nos ha puesto algo que no comprendemos en el lugar que debería ocupar nuestra mente. ¿Por qué pese ... a todo lo que sucede seguimos pensando o creyendo que pensamos? Cuando nuestro cerebro se vaya a las sombras, ¿qué será de nuestros pobres pensamientos? Pensar es un viaje privado a las estancias del camino sin retorno, ese lugar inhóspito de la mente que se sabe expugnable.
El olimpismo de la mente no es tal; se habla de torturar la mente, no es necesario, se tortura ella misma, Nadie puede soslayarse a los sentimientos porque las emociones son imprevisibles. En ocasiones, nada se ilumina en la mente para que vengan las palabras apropiadas, ni siquiera las no deseadas, o sus correspondientes silencios. Queremos sentir, pero los sentidos nos lo impiden, es su lógica habitual. Llamamos a la puerta de la razón, pero allí no nos conocen y seguimos esperando, y la mente nos dice ´ no vuelvas, no te marches, no te quedes, haz todo ello según tu necesidad, voluntad y decisión ´.No es posible registrar los sentimientos como si fuera un balance de cuentas. Los sentimientos nacen y mueren en libertad; cifrarlos los enmudece. Muchas veces no sabemos qué hacer con la libertad, soñamos con ella, pero se trata de una distopía.
¿Tenemos derecho a establecer un comportamiento ético al margen de una lógica disfuncional? ¿Cómo podremos llegar algún día a ser justos si la razón es dictadora de sentimientos y carcelaria de corazones?
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