Pelos en la gatera
«¿A quién benefician los vetos entre quienes representan los intereses del centroderecha?»
Ponerse de acuerdo, transigir y pactar. Antonio Cánovas del Castillo, político liberal-conservador con talla de estadista que ejerció en seis ocasiones la Presidencia ... del Consejo de Ministros y compartió con Práxedes Mateo Sagasta, su 'alter ego' en el campo liberal progresista, la sala de máquinas de la Restauración, sistema basado en el bipartidismo y la alternancia en el poder, lo tenía muy claro a la hora de afrontar una negociación: «No hay más alianzas que las que trazan los intereses». «Ni hay otras ni las habrá», concluía.
Con la que está cayendo y el empeoramiento que se avecina, ¿qué es eso del «no es no» o del «nosotros no podemos» en el campo prioritario de los intereses constitucionalistas? A río revuelto, como bien se sabe, ganancia de carteristas. ¿A quién benefician los vetos entre quienes representan los intereses del centroderecha? Personalismos al margen, la experiencia consagra la razón del dicho: más vale un mal acuerdo que un buen pleito y siempre será mejor hacerse a un lado (hablando en plata: abstenerse) que abocar al doctor Sánchez al abrazo del oso con el PNV y al mercadeo con formaciones locales que descaradamente van a lo suyo.
A mi juicio, convendría allanar el acceso de Pedro Sánchez a la presidencia que se ha ganado en las urnas librándole y librándonos de la hipoteca de los votos independentistas, pero a su vez el PSOE no puede plantearse entregar el gobierno de Navarra a un tripartito desaforado, y por la misma regla de tres, Ciudadanos y PP tendrán que entenderse donde sus números sumen, y entenderse sin excluir a Vox, entre otras razones porque el partido de Abascal respeta un marco legal que en todo caso querría reformar, no destruir, rasgo diferencial de suma importancia. Y, desde luego, se impone superar esa dinámica ruinosa que venimos arrastrando (y pagando) desde los tiempos originales de la Transición: gobernara el PSOE o gobernara el PP, siempre cobraba Pujol y sigue haciéndolo el PNV.
En cualquier negociación se dejan pelos en la gatera, pero, como advierte Carlos Monsiváis, cronista que fue de México, donde nadie ha sabido ceder y así les va, «quien no quiera ser aplastado, debe negociarlo todo». Ahora bien, no dramaticemos: aquí y ahora, todo solo es casi todo.
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