¿Refugiados? Bienvenidos
«No entendemos que quienes vienen perseguidos, con una digna profesión, con un trabajo truncado, con un negocio arruinado, con un hogar bombardeado, con una familia a cuestas se conviertan en delincuentes a su llegada a un lugar que acoge»
Martín Rodríguez Rojo. Profesor Emérito de la UVA
Jueves, 21 de diciembre 2023, 00:34
¡Atención, Valladolid! Se nos presenta una oportunidad: la de decir quiénes somos.
Los hechos son conocidos. Cada día los oímos en la TV, en ... la radio, en las tertulias, incluso en los bares, y los leemos en la prensa. Se trata de un gravísimo fenómeno, por otra parte, cotidiano, histórico, frecuente, diario. Las personas se trasladan de lugar, de un país a otro. Es el permanente fenómeno de la migración. Traslados turísticos, unas veces. Bien acogidos, dan dinero. Traslados obligados, otras veces. Forzados por la guerra. Mal acogidos con frecuencia. Son necesitados, son perseguidos. No agradan a muchos porque piden acogida. Son los refugiados. Más de 80 millones de los más de 110, desplazados de sus hogares en el mundo. Llegan a Lesbos, llegan a Lampedusa. Llegan a Europa. Llegan a EE. UU. Llegan a las Islas Canarias, llegan al País Vasco, llegan a las costas andaluzas. Llegan más a países pobres que a países ricos. Llegan, en definitiva, al mundo que no es de nadie en particular sino de todos. Llegan donde piensan que pueden vivir sin guerra, donde creen que podrían recibir una mano amiga. Llegan y piden asilo, auxilio a su peligro de muerte. Ante esta realidad tan angustiosa, ¿puede negarse alguien que tenga corazón a la apertura de sus puertas patrias? Los vallisoletanos tenemos, hoy, la oportunidad de mostrar al mundo qué clase de ciudadanos somos. Tenemos la ocasión de decir quiénes somos, a qué bando nos apuntamos. ¿Al de quienes cierran o al de quienes abren sus puertas y su corazón? ¿A los 17 lugares de España que ya han dicho sí a la acogida o a los dos que la han negado?
Tanto clama esta situación a los gobiernos del mundo y de Europa en concreto, que nuestro Ministerio de Migraciones propone acoger a un buen número de refugiados. Quiere construir centros de acogida en toda España para que los niños duerman, para que las madres puedan dar a luz con dignidad, para que quienes llegan ateridos, encuentren un remanso de calor, para que quienes llegan con moraduras en su cuerpo y en su espíritu puedan comprobar que aún existe humanidad. El Gobierno de España, a través del Ministerio del Sr. Escrivá, ha solicitado al Ayuntamiento de nuestra ciudad que proporcione un espacio. A un sí ya pronunciado a su tiempo por la Corporación Municipal recientemente sustituida, la nueva Corporación opone un estado de dudas e incertidumbres. Algunos ciudadanos se niegan por miedo a una desagradable convivencia. Otros, por lo contrario, pronunciamos un SÍ rotundo a la solidaridad. Entre estos últimos se encuentran la grandísima mayoría de los movimientos sociales y vecinales, la Coordinadora de ONGDs de Castilla y León, La Federación de Vecinos «Antonio Machado», el mismísimo Arzobispado de la archidiócesis, cientos de personas de la calle que han entregado su firma con entusiasmo y generosidad, distintas instituciones de diversa índole.
No entendemos que quienes vienen perseguidos, con una digna profesión, con un trabajo truncado, con un negocio arruinado, con un hogar bombardeado, con una familia a cuestas se conviertan en delincuentes a su llegada a un lugar que acoge. No entendemos que su presencia estorbe a una ciudad que pierde habitantes. No entendemos que la diversidad lingüística o cultural rompa nuestras costumbres. No entendemos que la religión islámica sea una flecha que hiera nuestras creencias. No entendemos que nuestra atención ciudadana sea incapaz de resolver cualquier conflicto que pudiera surgir como puede suceder en cualquier grupo sea el que fuere. No entendemos que si un determinado barrio ofreciera alguna dificultad para la ubicación del centro no existan otros muchos lugares en la ciudad para plantar en ellos esa edificación. No entendemos que la construcción del centro impida responder a la creación de otros servicios que sean necesarios en el lugar donde se ubique.
Sí entendemos, por contra, que es propio de una «ciudad refugio», como está declarada Valladolid, decir SÍ al acogimiento, si al humanismo, sí a la apertura, sí a la solidaridad, sí al agradecimiento a otros países que en otros tiempos también nos acogieron a nosotros, sí a la reciprocidad, si a la hospitalidad, sí a Valladolid noble y honrada, sí al honor, sí al sentido común, sí a la generosidad, sí a la amistad, sí a la civilización, sí a Europa, sí a la fraternidad, sí al universalismo, sí al cosmopolitismo, sí a la paz, sí a las bienaventuranzas, sí al esfuerzo, sí a la inteligencia, sí a la eficacia, sí a la compasión, sí al compañerismo, sí a la buena vecindad, sí a la otredad, sí a la altura de miras, sí al mundialismo. Con otras palabras: NO AL MIEDO, NO AL EGOISMO, NO A LA INDIFERENCIA.
Desde aquí, el tejido social vallisoletano hace un llamamiento a todos los convecinos para que con una sola voz pidamos, roguemos, reclamemos, exijamos a un Ayuntamiento, responsable de nuestra fraternal convivencia, que diga SÍ, sin tapujos y sin ambigüedad, con contundencia y decisión a la propuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, relativa a la construcción de un CENTRO DE ACOGIDA PARA REFUGIADOS. Sí, aunque nos costara dinero. Más aún cuando son los fondos europeos quienes costearán los gastos de dicha construcción.
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