Lejos de Esparta
No hacemos bien subiendo a los altares a chavales por el simple mérito de dar patadas a un balón
Cuenta Eliano (s. III), en 'Historias curiosas', que, cuando a Alejandro se le fue la olla y exigió tratamiento divino a las ciudades griegas, todos ... acataron tal petición, excepto Esparta: «Si quiere ser un dios, dejemos que sea un dios». Que sea lo que quiera en su cabeza, que hay mucho pirado, pero que no nos venga con tonterías.
Nosotros no somos espartanos y sí que otorgamos divinidades, adoramos y nos postramos ante modernos dioses. Hace pocos días, leí que un millonario árabe había pagado dos millones y medio de euros por hacerse una foto con Messi y Cristiano. Para el 'millonetis', la cosa no tiene importancia, será por dinero... ¿Pero qué pasará por la cabeza de los futbolistas? ¿Cómo no van a creerse dioses ante tamaño disparate?
Imagínense que Messi, Cristiano, Vinicius o Neymar pasearan por el Campo Grande, El Espolón burgalés o la Plaza de Salamanca. El alboroto sería mayor que si se aparece la Virgen de Lourdes o regresara el rey Arturo. Dioses. ¿Y qué se le niega a un dios? Nada, porque aunque así fuera, ellos se creen con el derecho de tomarlo. Zeus seducía o violaba.
Viene todo este rollo a cuento de lo de Dani Alves, acusado de abuso sexual. Ni le condeno ni le absuelvo, no tengo ni idea de si es culpable o inocente. Pero sí que digo que no hacemos bien subiendo a los altares a chavales por el simple mérito de dar patadas a un balón. Tan ricos que se les regala todo, todo se pone al alcance de su mano, a todo creen tener derecho, hasta a lo prohibido.
Alejandros en pantalones cortos.
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