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La única religión a tomar en cuenta ha de ser humana, pero entonces ya no es una religión estricta, no es Dios el fin último ... sino el humano. La religión humana es pura necesidad de creer en el ser humano aunque con la excusa de Dios, que sería el mensajero de los humanos para alimentar su ansia de fe.
Las iglesias del mundo, las religiones monoteístas nos hablan de un dios personal que para muchos sería un dios menor refutable con sólidos argumentos científicos. Cuestión diversa es responder a la pregunta de por qué hay algo en vez de nada, es decir, si hay o no un Creador De Todo. Hoy no es posible ignorar la religión del odio, que tiene su propia iglesia política y sus dogmas inconmovibles. No es posible que ignoremos el dogma de la venganza y la iglesia de la muerte y del crimen. Oferta y demanda, son la religión de nuestro tiempo, la fe imperialista en el dios economicista es el auténtico laicismo de nuestra sociedad, que deifica la imagen del Poder.
Una predisposición natural a los territorios del espíritu no presupone inclinación religiosa alguna. Es peligroso mezclar alma con conciencia, trascendencia con inmanencia, creacionismo con evolución y selección natural, pero no es aconsejable considerarlos como excluyentes, habitan diferentes dimensiones.
La religión y el bienestar social no son conceptos tan dispares. Ambos prometen un mundo mejor a cambio de dosis ingentes de fe. A veces he pensado que se necesita una gran fe para ser ateo.
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