Historias de la Inmaculada
Fuera de campo ·
«La devoción a la Virgen quizás explique por qué las mujeres sufren más violencia en países protestantes»Hay que ver el lado positivo de muchas de las polémicas con las que la actualidad nos salpica a diario. A veces celebrar la botella ... medio llena requieren esfuerzo, para qué negarlo, pero en otras la recompensa cae ligero, que diría la Mala Rodríguez.
Véase el último ejemplo: la pretensión de la Generalitat de suprimir la fiesta de la Inmaculada, por carecer de arraigo social. Si la consejera de Trabajo Mar Serna quizás acertaba en detectar un gran desconocimiento de los orígenes de la fiesta y de su por qué, han bastado sus palabras para ponerle remedio.
Y así hemos descubierto, por ejemplo, que no sólo la fiesta de la Inmaculada se celebró en España mucho antes que en el resto de la cristiandad, sino que su reconocimiento oficial como patrona de España por el Papa Clemente XIII se produjo a demanda del muy ilustrado Carlos III, por la gran devoción del pueblo español. El dogma como tal lo reconoció Pío IX después, en 1854, pero la convicción de que la Virgen nació sin pecado es muy antigua, desde los primeros tiempos, y ya la tenía en el siglo VII el rey visigodo Wamba, proclamado 'Defensor de la Purísima Concepción de María', y la extendieron sus sucesores.
Y, por si fuera poco, hasta un milagro bélico español se asocia a la intercesión de la Virgen: la victoria en la batalla de Empel, durante la Guerra de los 80 años, en Flandes. Una victoria a priori imposible, que acaeció apoyada en lo extraordinario. Los rivales habían abierto los diques de los ríos para inundar las posiciones de los españoles, lo que obligó a estos a refugiarse en el montecillo de Empel, rodeados de agua, con todo en su contra. Pero esa noche, tras descubrir enterrada una imagen de la Inmaculada y encomendarse a ella, un frío viento congeló las aguas y permitió que los soldados, del Tercio Viejo de Zamora, atacaran a sus rivales por sorpresa, derrotándolos. Es por esta batalla que la Inmaculada es la patrona de la Infantería.
Quizás hoy muchos de nuestros conciudadanos desconozcan todo esto, pero lo cierto es que si hay una fiesta en España con arraigo –más allá de la Navidad o la Semana Santa– probablemente sea la de la Inmaculada Concepción.
De hecho, el impacto de esta devoción en la sociedad contribuyó a un mayor respeto hacia la mujer que quizás explique, en parte, por qué hoy, en sociedades secularizadas, la violencia contra ellas es mucho mayor en países de tradición protestante, ajenos al culto a la Virgen, tal y como evidenció la última gran encuesta europea sobre la 'violencia de género'.
Que haya podido contarles estas cosas se lo debo a la consejera Mar Serna. La polémica, a veces, es una oportunidad.
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