Hijos, SL
La aventura humana ·
Casado invocó el artículo 27 de la Constitución para aseverar que sus hijos son de su propiedad, no del Estado. Lo que no leyó fue el punto 2 de dicho artículoPablo Casado se muestra un poco aturdido. El influjo de Vox lo está atolondrando y no sabe qué hacer para reconquistar el espacio que los ... ultraderechistas le han hurtado. El líder del PP es padre de dos vástagos, nacidos fruto de su ayuntamiento con Isabel Torres, con quien comparte la patria potestad de los pequeños. Ni Isabel es suya ni tampoco los niños. Él y ella tienen la obligación y el derecho de alimentarlos, darles cobijo y educarlos como y donde deseen, al menos hasta que se emancipen. Los gastos que todo ello genere son asunto suyo.
Como Vox está envenenando la política española, convirtiéndola en un pandemonio sin sentido, el resto de los partidos salen a la palestra para no perder comba. La última polémica saltó en Murcia con el manido asunto de quién tiene que educar a los hijos y qué materias deben impartirse en los centros escolares. Allí el PP gobierna en coalición con las mesnadas de Abascal y estos han planteado que se retiren determinadas asignaturas del programa escolar; si no, harán saltar por los aires a aquel gobierno. Es decir: no se debe enseñar a los chavales valores como la tolerancia hacia quien es diferente en su opción sexual o en el respeto a los derechos humanos de los inmigrantes. Vaya, qué peligro entraña decirles a los niños que se muestren abiertos a convertirse en buenas personas y ciudadanos decentes.
El bautizado como 'pin parental' está en boca de todos, copando las tertulias y las comparecencias políticas. A un niño no se le puede privar de información, pues será alguien adulto que tendrá capacidad de elección. Casado invocó el artículo 27 de la Constitución para aseverar que sus hijos son de su propiedad, no del Estado; que España no es Cuba, y que él y su esposa deciden la educación que deseen para sus descendientes, amparados por la Carta Magna. Lo que no leyó fue el punto 2 de dicho artículo: «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales». Nada más y nada menos.
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