Gente de confianza
«La profesionalidad debería de ser materia obligatoria en cada uno de los puestos de trabajo»
Esta semana me ha tocado ir al taller. La verdad es que todavía no entiendo cómo me he gastado 700 euros, ya que iba principalmente ... a que me arreglaran un golpe que me han dado por detrás, es decir que lo cubre su seguro. No sé si a usted querido lector le ocurre lo mismo. Yo cada vez que hablo con un mecánico, creo que he entrado en un país diferente, porque no entiendo nada de lo que me dicen. Así que como extranjera perdida, asiento con la cabeza y digo que sí a todo y luego, claro, me preparo para la factura.
Esta anécdota, para lo que me ha servido, además de para vaciarme el bolsillo, es para reflexionar sobre la importancia de confiar en la gente y en los profesionales de diferentes sectores. Muchas veces cuesta hacerlo porque desconocemos ese campo en concreto, pero si no, ¿qué nos queda? Por ejemplo, cuando vamos al dentista, hablamos con los profesores o respondemos a las llamadas pesadas del mediodía que intentan vendernos algo, ¿cómo actuamos? Casi siempre dudamos de ellos y pedimos segundas opiniones o directamente no lo hacemos por inseguridad.
Me pregunto si ese sentimiento está justificado o no. Cierto es que la experiencia es un grado y al final si te han dado gato por liebre en más de una ocasión, la desconfianza es entendible, pero entonces ¿pagan justos por pecadores? Me viene a la mente la noticia del piloto que logró aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suarez un avión sin una rueda y sin un motor, y esa persona se merece todos mis respetos. Seguro que las 130 personas que iban a bordo no entendieron por qué les hizo estar en vuelo cuatro horas para deshacerse de combustible, viendo todo lo que le sucedía al aparato, pero esa decisión les hizo aterrizar sanos y salvos. ¿El respeto debería estar entonces por encima de todas las circunstancias ante las personas que tenemos delante? Eso es lo que debió pensar Lola Herrera al marcharse del escenario cuando sonó un teléfono en el público, o cualquier médico que tiene que comunicar una mala noticia y no se espera la agresividad como respuesta por la otra parte.
La profesionalidad debería de ser materia obligatoria en cada uno de los puestos de trabajo, y seguro que así ocurre en la mayoría de los casos, pero aquí tenemos mucha picaresca y eso, por desgracia, llega a todos los campos, también a las profesiones. Así que no me queda otra que confiar en mi mecánico y pensar que me está salvado la vida, aunque sinceramente lo dudo. Ya saben, esta es solo mi opinión, sea usted crítico y libre de opinar.
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