Ganga funeraria

Leyenda o no –en casa lo oía contar– la mujer de Franco inspiraba el temor inveterado a los caprichos de los poderosos, cuando se daba un garbeo por una ciudad, algo que no ocurrió ayer con Pedro Sánchez en Segovia. El presidente, a los gritos de guapo o traidor según el perfil del personal que se cruzaba con él, no entró en joyería alguna y todo lo que se llevó, además de selfis con sonrientes orientales, fue el regalo de una corbata de Indonesia, que vaya usted a saber qué tipo de nudo admite para que no le 'apreteu'.

Sánchez eligió Segovia para la víspera de su momento de gloria, que se producirá hoy con la exhumación y reinhumación de Franco, ese hombre al que solo apretaban los collares regalados, sí o sí, de su mujer. Según todos los indicios, pasará a la Historia y lo hará por un precio regalado: 63.061,41 euros como máximo, que es el coste del asunto.

Una ganga funeraria. Para que comparen es lo que cuesta un asesor político, como el de Torra, ese que coprotagoniza el video de 'no se pone al teléfono'. Por tal precio vale la pena terminar con una dictadura; porque acabar con tantos y tan artistas asesores nos costará más, seguro.