Ábalos y el mandato de la igualdad
Puede comprenderse que la desazón provocada en el feminismo socialista impulse a la ministra a reformular una iniciativa que ya se ha topado en el pasado con el veto
El anuncio por parte de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, de que tiene trabajando a sus equipos «a pleno rendimiento» para llevar al Congreso en otoño –sería el tercer intento– una ley para abolir la prostitución cobra toda su intención a la luz de las escandalosas grabaciones en las que se escucha a José Luis Ábalos y Koldo García repartiéndose mujeres para mantener relaciones sexuales bajo pago. En esos audios, Ábalos seguía siendo el secretario de Organización del PSOE y ministro del Gobierno de Pedro Sánchez; es decir, alguien obligado en virtud de sus cargos orgánico e institucional a ser coherente, consecuente y cabal no solo con lo que defiende el programa de su partido, sino con las ciudadanas y ciudadanos de un país que han asumido la conquista a igualdad plena como un desafío colectivo. Puede comprenderse que la desazón provocada en el feminismo socialista impulse a la ministra a reformular una iniciativa que ya se ha topado en el pasado con el veto, por distintos motivos, de socios y oposición. Pero lo que resultaría una utilización espuria de la lucha de las mujeres es que desempolvara la ley con el objetivo de desviar el foco de que el hombre que dirige el partido y el Gobierno, el presidente Sánchez, no cumplió con Ábalos con su responsabilidad 'in vigilando'.
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