Depurar responsabilidades
Editorial ·
Los errores de comunicación no debieron ser entonces, ni ahora tampoco, una excusa para no llegar hasta el finalLa investigación sobre los presuntos abusos sexuales a una niña de cuatro años será insuficiente si no se aclara por qué la Administración no ha ... sido capaz de protegerla desde que fue diagnosticada de una enfermedad venérea a finales de febrero y tres o cuatro días más tarde regresó a Urgencias con lesiones en una mano y en la cara. La comparación de este caso con el de la niña Sara es inevitable: esta corrió peor suerte porque murió a causa de los múltiples golpes con los que ingresó pocos días después de que le diagnosticaran abusos sexuales.
La desprotección de Sara se atribuyó a problemas de comunicación desde el servicio informático de los juzgados de Valladolid con el de la Gerencia de Servicios Sociales. La Junta se comprometió entonces a impulsar una hoja de ruta que finalizó este enero con la modificación del decreto 131/2003, de 13 de noviembre, que refuerza el control sobre menores hospitalizados por presuntos malos tratos.
Los errores de comunicación no debieron ser entonces, ni ahora tampoco, una excusa para no llegar hasta el final, depurar responsabilidades y detectar qué falla en un sistema que no ampara a nuestros niños.
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