

Secciones
Servicios
Destacamos
En este orbe tan mundano que se nos va quedando, llega al atrio vallisoletano el remanso de espiritualidad de la Semana Santa, del bajar la ... voz y de las plegarias elegantísimas con aroma a candelas, incienso y tapices. En las vegetaciones ralas de los retablos se levanta un bosque de Cristos crucificados, y casi resultan aún más hermosas las calles con este enjabelgado de cartelería con las grandes estrellas del momento: Juan de Juni, Alonso de Berruguete y Gregorio Fernández, ahora precisamente que ya casi nadie cree en nada, salvo en TikTok: la nueva fe que predica el oligarca chino Zhang Yiming, comunista de petrodólar. Porque una Semana Santa entre tantos días profanos, tanto político encerrado con su orgía de señoritas a cuenta del erario público, tanto ministro pecaminoso echado al monte, es una provocación salutífera, frente al titular secante y otras demagogias de portavoces y «portavozas».
El calendario se pone aquellos paños rojos de la Pasión y abre sus puertas para que los pasos, con sus sayones, verdugos, zelotes y arrepentidas, salgan del interior de las iglesias y del Museo, donde se queda sola la sillería del coro. Y llega adelantándose el predicador sagrado de las Siete Palabras, como un emisario bíblico a caballo, tocando la trompeta, como corresponde a las grandes fiestas religiosas que los ateos disfrutan igualmente siendo ateos. Soportamos estoicamente sermones de sus señorías desde el púlpito de las Cortes, pero nos da pereza escuchar una vez al año el devocionario de los evangelistas, que escribían como los ángeles. Los altares perfumados relumbran un año más y ya huele, efectivamente, a salvación, a niños vestidos de domingo, a la entraña misma del misterio. Algunos vecinos se han ido a Alicante a hacer castells en el aire. Otros preferimos esta epifanía que visitan gentes viajadas, leídas y cosmopolitas. Naturalmente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.