Contra los hechos consumados
Marginados de la mesa de negociación, Volodímir Zelenski y sus aliados de Europa recordaron ayer al estadounidense que solo Kiev pueden hablar sobre la soberanía e integridad del país
Si Donald Trump pretende aplicar con Vladímir Putin mañana en Alaska su gusto por el trato rápido, el encuentro terminaría en completo fracaso vista la agenda de máximos con la que acude a la cita la delegación rusa. A no ser que el autoproclamado 'presidente de la paz' secunde al autócrata del Kremlin en su delirio de que los territorios del Este de Ucrania –que ocupa solo parcialmente y por la fuerza– ya le pertenecen porque los inscribió en su Constitución. En el discurso del republicano aflora a menudo la narrativa de Moscú tres años y medio después del comienzo de la invasión masiva.
Marginados de la mesa de negociación, Volodímir Zelenski y sus aliados de Europa recordaron ayer al estadounidense que solo Kiev pueden hablar sobre la soberanía e integridad del país. Un punto que su interlocutor evitó mencionar al dar cuenta de una conversación «muy agradable». Es difícil aventurar si Trump presionará a Putin para que acepte un alto el fuego en un momento en el que redobla su ferocidad en el frente, o si, llevado por la impaciencia o la indiferencia hacia la suerte de los ucranianos, bendecirá como hechos consumados las consecuencias de una agresión ilegal.