

Secciones
Servicios
Destacamos
Nada más remontar al Páramo de La Parrilla, en el trayecto hacia la Quinta de Tierz, una fina capa de hielo cubre, con blancura refulgente, ... los campos y las copas de las carrascas. Junto a un antiguo transformador una garza se eleva y emprende un vuelo rasante. Un aleteo suave, majestuoso, que confirma una razón última y profunda de su presencia en la naturaleza, porque despliega una emoción que excede su frágil y delgada anatomía, una existencia espléndida que no pretende manipular el entorno, sino otorgarle una plenitud tan neutra como auténtica. Biología sin ideología.
Ignoro si el ejemplar, no adscrito a ningún bando (libre por tanto, y por eso también especialmente vulnerable) tuvo algún problema con su gps de orientación. Ningún humedal existe en el entorno, así que quizá tuvo algún incidente con su colonia de origen, y surgió un inesperado conflicto entre la biología y la voluntad. E, inesperadamente, el instinto tuvo que ceder a una decisión de orden superior. Quizá, aunque creo que esos vericuetos reflexivos están reservados para los seres humanos. Bueno, para quienes entienden que la ética es un buen programa de vida, y que el código penal no debe ser una lectura recomendable.
De momento me afano en que haya fuego en la chimenea. El papel de periódico es un buen elemento acelerante para la llama. Aunque la lectura previa de las hojas no es un dato que repercuta en su eficacia flamígera, es un hábito casi tan reconfortante como el calor que desprende. Lectura y calor, inquietudes tan interesantes como fugaces.
Los asuntos de mayor incandescencia en sus titulares periodísticos, hablo de la prensa no adscrita al régimen, claro, con sus vínculos de biológica consanguinidad y normativa afinidad muestran una indisociable voluntad de enriquecer el patrimonio y fortalecer los cimientos del poder. Un parentesco entre instinto y decisiones que adquiere un hortera tono de elevación sobre las propias capacidades y méritos, un ejercicio de ridículo pavoneo que desvía la querencia por la supervivencia hacia una jurisdicción de paletos acomplejados.
Ese tráfico de influencias que anula la debida transparencia y el obligado objetivo de toda acción política. Sin parentesco con su denunciante, pero muy instintivo el muchacho, Errejón nos sigue demostrando que la voluntad del legislador a veces se ve superada por su propia biología. Y García Ortiz, el Generalísimo Fiscal, que borrar las huellas del delito es un mensaje inequívoco sobre su autoría. Porque, como algunos vinos, hay delitos de autor, tan singulares, tan sumisamente inesperados.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.