Celebración
«Implicación con la sociedad, capacidad de adaptación e investigaciones: veinticinco años fecundos»
La Universidad de Burgos, la más joven de las cuatro púbicas de la comunidad, nació en 1994, independizada entonces de la Universidad de Valladolid, del ... mismo modo que la Universidad de León se desgajó en 1979 de la Universidad de Oviedo, y aunque Carlos Gardel cantase que «veinte años no es nada» y «que es un soplo la vida», la verdad es que ese soplo y esa nada ampliada (de veinte años a veinticinco) en este caso han dado para mucho. Yo subrayaría tres aspectos.
Lo que más aprecio, porque a mi juicio constituye su mejor virtud, es que la Universidad de Burgos haya sabido mantener e intensificar el vínculo con la sociedad que, movilizada de arriba abajo, en su momento la sacó adelante contra esto y aquello. Proyecto de ciudad, la Universidad y Burgos se han entendido, algo que no sucede en otros lugares, con universidades y ciudades mirándose de soslayo. A ese tenor, sus tres rectores, desde José María Leal Villalba, que fue el primero, hasta el actual, Manuel Pérez Mateos, y el que desempeñó su mandato entre ambos, Alonso Murillo Villar, han caminado en la misma dirección.
Además, llama poderosamente la atención la prudencia del claustro burgense para crecer poco a poco y saber buscarse las oportunidades en un contexto extraordinariamente difícil por competido. Resplandece, por ejemplo, su condición puntera en la enseñanza virtual, porque se ha convertido en el centro público de referencia, no ya regional, sino nacional, salvando así grados presencialmente en vilo.
Por último, y quizás lo más importante: entre mis lecturas, siempre tengo a mano algún libro de sus profesores, ya de Fernández Flores, ya de Sonia Serna, ya de René Payo. El año pasado aprendí de vidrieras de la mano de Pilar Alonso y este por fin voy camino de aclararme con 'La guerra de los treinta años' gracias a la impresionante monografía de Cristina Borreguero. Si se trata de blogs de cultura, el modelo es 'La Acequia', de Pedro Ojeda, mientras que para el universo apasionante de la literatura anarquista nada a la altura del trabajo de Ignacio C. Soriano, bibliotecario de la institución, y Francisco Madrid, paradigma de repertorios bibliográficos.
Implicación con la sociedad, capacidad de adaptación e investigaciones: veinticinco años fecundos. Felicidades.
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