Cátedra del rebuzno
Irene Montero, titular del Ministerio de Igualdad, acaba de renovarse en su cátedra del rebuzno al rebautizar al Instituto de la Mujer como Instituto de las Mujeres
Partiendo de la evidencia palmaria de que una expresión como «los problemas de las mujeres» no añade ni quita absolutamente nada a la de «los ... problemas de la mujer», Irene Montero, titular del Ministerio de Igualdad, acaba de renovarse en su cátedra del rebuzno al rebautizar al Instituto de la Mujer como Instituto de las Mujeres con el argumento de que esta segunda denominación supuestamente «incorpora la diversidad de las mujeres», diversidad al parecer antes excluida, lo que conlleva la descalificación de las feministas de toda la vida.
Vamos a ver: cualquier cajera o cajero de supermercado sabe que «aquí traigo la compra»o «aquí traigo las las compras» significan lo mismo, saber compartido con la clienta o con el cliente. Y ambos o ambas, cajera o cajero, cliente o clienta, lo tienen absolutamente claro, ya se trate de un par de latas de sardinas o de un centenar de artículos diferentes. Así lo acredita el sentido común y las propiedades del castellano, sin que sea menester el dictamen de una camada de asesores nombrados a dedo.
Este tipo de ocurrencias revelan desparpajo económico (conllevan gastos, menores pero injustificables) e ignorancia supina y transmiten un ejemplo pésimo a los jóvenes: si con el bagaje intelectual de Montero se llega a ministra, para qué estudiar y esforzarse, tentación de gandulería abonada por su colega Celaá con la pretensión de prohibir los suspensos.
Desolador, y desolación agravada al máximo por el rebuzno de la cesión a las exigencias de ERC contra el castellano.
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