¿Y si hubiera caído aquí?
Con tilde ·
A pesar de la subida del premio en los últimos años, la inflación hace que pocos puedan realmente pasar de asalariados de clase media a magnates de descapotable y gorra para jugar al golfEl número del Gordo de este año es el 5.490, vendido también en Valladolid. Un premio, dicen, «muy repartido» en todo el país y ... que ha dejado la imagen recurrente de loteros descorchando champán, y familiares y amigos brindando, jaleándose entre ellos, gritando de júbilo ante la cámara que ya se pueden pagar sus deudas, comprar la casa de la playa y viajar al Caribe. Algunos se aventuran con titulares como: «mañana ya no voy a trabajar». La mayoría es comedida. «Para pagar la hipoteca y esa reforma de la casa pendiente, ayudar a mis hijos que han tenido un niño».
A pesar de la subida del premio en los últimos años, la inflación hace que pocos puedan realmente pasar de asalariados de clase media a magnates de descapotable y gorra para jugar al golf. Para que nos hagamos una idea, con un décimo podríamos comprar un piso decente a duras penas en el centro de cualquier ciudad mediana, como Valladolid.
¿Consuela esto a todos los que no nos ha tocado? Supongo que un poco sí. La realidad es que el 99% de los españoles nos quedaremos como estábamos, buscando la estabilidad económica en un plan de ahorro y de pensiones con rentabilidades bajísimas y tirando de seguro privado para tener tranquilidad de espíritu ante cualquier imprevisto.
Pero seguimos teniendo suerte. Pienso en la viñeta de El Roto de hace varios años: «¿Y si cae aquí?», se lee en el bocadillo de un niño viendo la televisión siguiendo la lotería. Mientras, en la escena de al lado se ve a otro chaval de espaldas a la ventana. A través del marco se ven aviones y edificios en ruina. ¿Nos suena? La guerra en Ucrania parece un murmullo lejano esta víspera de Nochebuena. Conviene recordar que estamos más cerca de ella y sus consecuencias que de ser millonarios.
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