El bicho de Trump
La aventura humana ·
«Eso le sucedió a Hitler, cuando sobrevivió a un atentado urdido por oficiales alemanes, y que el pueblo lo bautizó como un semidiós»Cuando se celebran elecciones en Estados Unidos, el mundo contiene la respiración, porque lo que eligen estos americanos nos afecta a todos. Sobre todo en ... este momento de tanta incertidumbre. El virus, perseguido con éxito irregular en todo el globo, ha buscado refugio en un huésped que, en algunos aspectos, lo desafía en morbilidad. Tras haber despreciado la letalidad del bicho, Donald Trump ha contraído la enfermedad, contagiando además a un nutrido grupo de seguidores que lo han jaleado a lo largo de todo el país, incluidos algunos de sus colaboradores más cercanos. Los médicos del hospital militar que tratan de salvarle la vida aseguran ser optimistas y auguran que en un par de días regresará a la Casa Blanca.
No se trata de actuar con frivolidad, deseando el mal ajeno; siendo sincero, la recuperación del esperpéntico mandatario no sería una buena noticia para nosotros, los europeos, a quienes ataca en la línea de flotación en cuanto se le presenta la oportunidad. Impone aranceles a nuestros productos que ponen en riesgo sectores estratégicos y miles de empleos, como ese profesor que colocaba de rodillas al alumno rebelde durante el franquismo para escarnio ante el resto de la clase. No deseo que Trump pierda la vida, aunque sí que la situación se prolongue lo suficiente para que se instale en una inhabilitación lo suficientemente duradera para que no pueda ser reelegido.
Pero no depende de nosotros. Me temo que si el bicho sobrevive al otro, se creará a su alrededor un aura de divinidad y 'superhombrismo' que reedite su 'America first'. Eso le sucedió a Hitler, cuando sobrevivió a un atentado urdido por oficiales alemanes, y que el pueblo lo bautizó como un semidiós. Salvando las distancias, claro.
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