Arrimadas, 'ora pro nobis'
LA ESPITA ·
La invisible Gema Villarroel (Ciudadanos), el nada activo Luis Tudanca (PSOE) y más de un enemigo de Igea miran a la presidenta nacional del partido naranjaEl asunto de la presentación de una moción de censura del PSOE contra el Gobierno de coalición PP-Ciudadanos, que preside Alfonso Fernández Mañueco, ... se ha cruzado en el del omnipresente coronavirus y, en plena operación desescalada de la tercera ola, se escucha ya en muchos despachos la letanía «Inés Arrimadas, 'ora pro nobis'». El secretario regional socialista, que no líder, Luis Tudanca, que va para casi dos años sesteando sobre haber ganado las autonómicas pero perdido la Junta, amaga –de momento– con presentar una moción de censura para cobrarse dos piezas: la del presidente regional del PP de la Junta y la de Francisco Igea, vicepresidente, portavoz y consejero de todo lo de Ciudadanos menos Cultura, porque no llega. Para conseguirlo necesita que Ciudadanos, partido que sustenta a la Junta con el PP, le apoye, lo cual convertiría la censura en un galimatías: el PSOE la presentaría, pero Ciudadanos se autocensuraría si la apoyase porque estaría respaldando que le sacasen del gobierno con el PP porque, desde la óptica socialista, este es inoperante (con lo cual, Ciudadanos sería inoperante) para meterse en uno con el PSOE; o, como mínimo, dejar de gobernar con el PP para que gobierne el PSOE con su apoyo externo. En este último supuesto, al galimatías se uniría que los de Ciudadanos habrían hecho un pan como unas tortas: saldrían del gobierno y se quedarían sin gobernar. Y si se fueran de un gobierno con el PP para entrar en uno con el PSOE, ¿cómo lo entenderían sus votantes si Ciudadanos es parte del Gobierno censurado? ¿Asumirían la autoría de todos los males que ve el PSOE en esta Junta?
En los despachos socialistas menos operativos de la historia de Castilla yLeón, que son los que ocupan el burgalés Tudanca y la zamorana Ana Sánchez (que llevan toda su vida en cargos públicos, sin que se les conozca ocupación a la que volver en caso de perder el sueldo político) se escucha estos días la letanía «Inés Arrimadas, 'ora pro nobis'» porque, claro, se da la peculiaridad de que para que se autocensure Ciudadanos necesitan el 'nihil obstat' de la presidenta nacional del partido. Arrimadas es la que manda en Ciudadanos Castilla y León. Por eso las súplicas tudanquistas. Pero no solo.
En las últimas jornadas se ha lanzado entusiásticamente a apoyar la moción de censura el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, auténtico líder regional del PSOE desde su atalaya pucelana y oposición real a Mañueco. Puede entenderse ese ánimo a Tudanca como un respaldo lógico de compañero de partido. Pero a pesar de la 'estima' de Puente a Tudanca, también se oye en el despacho de aquél el «Inés Arrimadas, 'ora pro nobis'» para que salga adelante la censura por si acaso algún iluminado le susurra algún día a Pedro Sánchez lo de que sería bueno dar por amortizado a Tudanca y apostar por un socialista con más tirón para el cartel de la Junta en 2023. Algo improbable, claro, pero en política nada es improbable. Y si miramos al delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, su letanía proArrimadas es estruendosa con tal de que triunfe la moción y pase de él el cáliz de que le pongan en el cartel de la Junta dentro de dos años.
Arrimadas manda en Ciudadanos Castilla y León, pero otra cosa es que acierte. Los dos nombramientos que ha hecho desde que preside el partido son de muy dudosa eficacia. El de la consejera de Empleo, Ana Carlota Amigo, tiene papeletas para pasar a la historia autonómica como más que refutable: sus únicos logros han sido poner de acuerdo a sindicatos y empresarios contra las políticas de la Junta y crispar el ambiente del diálogo social. Y el de la coordinadora regional de Ciudadanos, Gemma Villarroel, amenaza con pasar a los anales como el de la constatación de que en política se puede ser invisible y todo tan idílico: en 154 días en el puesto está pasando desapercibida y no se sabe de ella. Pero fue nombrada en el partido pensando en el cartel electoral de 2023 a la Junta, ya que si algo está claro es que Igea está amortizado en Ciudadanos.
Arrimadas e Igea son como el agua y el aceite. Y es aquí donde les puede salir la carambola a la presidenta nacional de Ciudadanos y a la legión de enemigos igenianos. Al margen de lo que pueda suceder (lo de que Ciudadanos se autocensure en la Junta con el PP apoyando una moción del PSOE sería de aurora boreal, aunque confirmaría que nunca está todo visto en política), no es descartable que Arrimadas levante el teléfono y garantice el pacto PP-Ciudadanos para lo que resta de mandato, pero pida la cabeza de Igea y que entre en la Junta Gemma Villarroel. Algo a lo que no podría negarse Mañueco nunca.
No, no es solo en los despachos de los tudanquistas donde estos días se repite la letanía «Arrimadas, 'ora pro nobis'».
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