Pedro y el lobo
«Lo que hay que reconocer sin ambages es que el PSOE ha conseguido asentar en la cabeza de una buena parte de los ciudadanos el falso marco mental de que sin Sánchez la libertad peligra»l
Solo una cosa es segura después de estos dias vividos a medio camino entre Valle Inclán y Arniches, es decir, entre el esperpento y el ... sainete; hablamos de la profunda división en la que ha ahondado, si ello fuera posible, la misiva de Sánchez apuntando, catorce veces, a los que no piensan como él y adjudicándoles la responsabilidad directa de su situación personal, con los adláteres hablando abiertamente de «buenos» frente a «malos» y de «no pasarán».
Maquiavelo tiene, sin duda, un excelente discípulo. La maniobra por sorpresa planteada por el presidente en términos de jaque o mate, ha constituido un irresponsable ejercicio en procura de una oleada de apoyos tras manifestar su conmoción por los ataques políticos, mediáticos y, supuestamente, judiciales, que ha sufrido su esposa Begoña Gómez. Adolfo Suárez, no planteó un dilema social así cuando, abatido por la deserción de sus barones y la desafección mostrada por el Rey Juan Carlos, decidió abandonar la Moncloa y así lo comunicó al país por televisión en una decisión tan personal como irreversible. Entonces, no existían las redes sociales que en esta ocasión han experimentado una efervescencia insólita con mensajes tan insoportablemente cursis como: «Pedro, la democracia sin ti duele». Pura glucosa digital.
Lo que hay que reconocer sin ambages es que el PSOE ha conseguido asentar en la cabeza de una buena parte de los ciudadanos el falso marco mental de que sin Sánchez la libertad peligra y que Feijóo es una síntesis actualizada de Franco, Hitler y Mussolini. A Pedro se le ha visto desde los pasados comicios como un mal menor por muchos votantes que no sintonizan con sus políticas pero temen volver a cantar el 'Cara el sol' si él se va. Así que tranquilos, tras la bravuconada se queda y, además, reforzado. Ahora podrá meter en vereda a los jueces, al Tribunal Supremo y a los medios de comunicación desafectos, al igual que ya lo hace en el Constitucional, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General del Estado o Radiotelevision Española. Tras los mensajes y las manifestaciones en su favor, Sánchez accede a continuar, pero lo hace reforzado y habiendo conformado una opinion pública alineada que podía asemejarse a un virtual plebiscito. Veremos a un 'Sánchez 2.0', corregido y aumentado en su dimensión más cesarista.
La suspensión de su agenda publica y el retiro familiar, han sido un mecanismo para espolear a la sociedad en estos días que, insólitamente, se ha tomado de reflexión. Hasta ayer, fecha anunciada para comunicar a los ciudadanos su decisión, el debate social y periodístico ha sido tan intenso como enconado. Su imagen de marido enamorado que no puede soportar los ataques a su mujer, ha calado en amplios sectores del país que no han tenido dudas en manifestar su apoyo irrestricto a un líder que manifestó no saber si le compensaba continuar gobernándonos.
Y en medio, el espectáculo de «abajofirmantes» y viajeros de autobús con pancartas y bocadillos para aclamar al amado líder en la sede socialista de Ferraz bajo los sones de 'Qúedate', de Quevedo, y de 'Pedro', de Raffaella Carrà, no ha dejado de recordar a aquellas inmarcesibles muestras de adhesiones inquebrantables que se le dispensaban al difunto dictador en la Plaza de Oriente, o a las que convocaba Cristina Fernández de Kichner en su propio apoyo personal. Por eso, tras este amago de corte caudillista, viene a cuento recordar aquella frase que pronunció el padre de todos los populismos, Juan Domingo Perón, recordada por Borges, y que decía: «De todas partes se regresa, menos del ridículo». Atentos.
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