Un alcalde-líder a contrapié
«Alzó un poco la voz el 19 de mayo contra 'el error' de Renfe y nunca más se supo»
Venga, chavales, un selfi. Y Carlos Martínez coge el móvil, se asegura de que su cara asoma por la linde de la foto y aprieta ... el botón. 24 de mayo, Bruselas, uno de esos cónclaves que tanto le gustan para salir de la rutina de la Alcaldía de Soria. Junto a él, Santos Cerdán y Juanfran Serrano, además de la madrileña Emma López. Una foto con activos tóxicos el día que Sanabria, incluidos sus militantes socialistas, se manifestaba por los recortes de frecuencias del tren de alta velocidad. El alcalde-líder del PSOE de Castilla y León, que de momento es poco más que un alcalde muy viajero, va todo el rato a contrapié. Alzó un poco la voz el 19 de mayo con lo de Renfe en Sanabria, «es un error», «vamos a negociar», «somos optimistas», y un mandoble tuitero del ministro Óscar Puente le convirtió en avestruz. Nunca más se supo.
Hay una crisis industrial en La Bañeza y le coge la concentración a las puertas de las Cortes en otro lado. Como la manifestación por la oncología en El Bierzo. En breve empiezan las fiestas de Soria, San Juan, así que le tocará alcaldear en pleno maremoto socialista. Porque a Carlos Martínez, además de ir al comité de las regiones, al foro de los municipios y a la asamblea internacional de pequeños municipios mundiales, si existiera, lo que le mola es ser alcalde. Es donde está confortable, donde se siente apreciado. Donde presume de mayorías absolutas y de aroma de invencibilidad.
Lo otro, lo que viene ahora, es un marrón. Más aún después del escándalo del triunvirato de la gañantería Koldo-Cerdán-Ábalos. Así que no suelta el bastón de mando de la Alcaldía no sea que a la vuelta de unos meses decida recluirse en sus cuarteles y que se ocupe otro de liderar el socialismo en la tierra de los 38 años del PP.
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