Qué alegría y qué pesar
Amorós traza la historia de esas películas del Oeste que llenaron de aventuras nuestros sueños y revela la intrahistoria de las canciones de amor que nos devuelven a las pasiones del tiempo ido
Qué pesar iluminado por la nostalgia y qué alegría tan intensa me han causado la lectura del último y recién publicado libro de Andrés Amorós, ... maestro de buenas letras y de las mejores ciencias, que sabe comunicar sus erudiciones, propiedades que solo los elegidos atesoran juntas: «Tócala otra vez, Sam», explícitamente subtitulado 'Las mejores músicas de cine', editado por Fórcola en la colección Periplos (Madrid). ¿Y cómo se explica que haya experimentado a la vez unos sentimientos tan antagónicos?
Vayamos primero con el pesar iluminado por la nostalgia: la finitud de esta vida, río que inevitablemente desemboca en el mar de la muerte, como cantó Jorge Manrique, hace imposible que esta Nochebuena regale ese libro a mis padres, que amaban el cine y amaban sus músicas. Cuántas veces los disfruté tarareándose 'El vals de las velas', aquella melodía y aquel estribillo de 'La quimera del oro', genial película muda de Chaplin, pero con banda musical durante las proyecciones, llevada a sonora en 1942. O la llamada irresistible del 'Amado mío', de 'Gilda', sinónimo de escándalo en la España pacata de los años cuarenta y cincuenta («amado mío/ te quiero tanto,/ no sabes cuánto/ ni lo sabrás»); o la emoción épica de 'Murieron con las botas puestas' y 'Duelo de titanes'. Tantas películas, tantas canciones, tantas miradas inolvidables. Muchos de nuestros recuerdos más intensos viven en la música del cine.
La alegría va de suyo: me dejo envolver por la banda sonora de 'Veracruz', con aquel duelo inolvidable de Gary Cooper y Burt Lancaster, y es como si regresara a México, por cierto, de donde acabo de volver y de donde en realidad nunca me he ido del todo. Pues ¿y el 'Yo te diré', de 'Los últimos de Filipinas'?, letra de Enrique Llovet, personaje curiosísimo, diplomático, crítico teatral, guionista y dramaturgo que firmaba sus ágiles crónicas periodísticas con el seudónimo de 'Marco Polo'. O los temas de 'Río Bravo', el romanticismo de la canción 'As Time Goes By', de 'Casablanca', o la quimera de 'El sueño imposible', de 'El hombre de la Mancha'. Tantas películas, tantas canciones, tantos recuerdos.
Además de acercarnos a directores legendarios como John Ford, Orson Welles o Stanley Kubrick a través de un puñado de anécdotas que los explican, Amorós traza la historia de esas películas del Oeste que llenaron de aventuras nuestros sueños y revela la intrahistoria de las canciones de amor que nos devuelven a las pasiones del tiempo ido. Qué regalo de Navidad tan espléndido.
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