Exhuman el cadáver de un hombre para confirmar que no lo enterraron vivo
Un juez de Torrent ordena la inmediata apertura de la tumba tras solicitarlo un hijo del difunto por los golpes que oyeron cinco personas junto al nicho
el norte
Sábado, 14 de enero 2017, 21:01
Hace unos días, el cementerio de Torrent se convirtió en noticia a nivel nacional después de que varias personas escucharan ruidos en uno de los nichos del complejo. Ahora, dos días más tarde, el juzgado de guardia ha dictado abrir la tumba para comprobar si el hombre había sido enterrado en vida.
De acuerdo con la información de Las Provincias, «un médico forense y su ayudante, dos abogados, un equipo de la Policía Científica, cuatro policías uniformados, varios empleados del camposanto y dos periodistas» del citado medio valenciano estuvieron presentes en la diligencia de investigación ordenada por el juez. Del mismo modo, los familiares del fallecido también presenciaron la escena con nerviosismo.
Finalmente, no hubo ninguna sorpresa macabra, ya que el cuerpo estaba tal y como lo introdujeron el pasado lunes en el correspondiente féretro. El hijo del difunto dio fe de ello y mostró una foto al forense de su padre amortajado, la cual demostraba que el fallecido no se había movido en absoluto.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Torrent, la Policía Nacional y el forense actuaron con gran diligencia y prontitud ante los hechos preocupantes que denunció el abogado Mariano Lorente. Eran las 10 y media de la mañana de viernes cuando Marko Konjevic, uno de los hijos del difunto, acudió al juzgado de guardia con su letrado y cinco testigos. Todos aseguraron haber escuchado tres o cuatro golpes procedentes del nicho. Querían ratificarlo ante el juez si era preciso.
Marko estaba muy nervioso. Hablaba con ellos de forma atropellada. «Cuesta muy poco romper el nicho y nos quedamos tranquilos. La causa de la muerte de mi padre no está clara», afirmó el empresario. «Nos dijeron en el hospital que había dejado de respirar y poco más. ¿Y si el pobre estaba vivo y golpeaba el ataúd con el palo de la bandera croata que pusimos en su pecho?», preguntó el hijo del finado. Nadie se atrevió a contestarle. Era una conjetura, pero sacada de unos indicios razonables. Así lo entendió el juez.
Pocos minutos después, el letrado salió con un auto en la mano que acordaba «la inmediata y urgente apertura de la tumba ante la posibilidad de que haya sido enterrado con vida Bozidar Konjevic», un ingeniero e investigador pionero en la regeneración celular. El magistrado acababa de autorizar el levantamiento del cadáver y la práctica de su autopsia en el caso de que fuera necesario. También había ordenado a la Policía Nacional que realizara la exhumación con la máxima prontitud.
Y tardaron muy poco tiempo. Un equipo de la Policía Científica se desplazó con urgencia al cementerio. Los agentes llegaron incluso antes que los familiares del difunto. También acudieron dos patrullas de la Policía Nacional de Torrent y los cinco testigos que habían dado la voz de alarma. Como ya informó Las Provincias, una de estas personas llamó al 112 el pasado lunes tras escuchar unos ruidos procedentes de la tumba de Konjevic.
Ante la ausencia del juez, el forense dirigió la exhumación y dio instrucciones para que el enterrador moviera lo menos posible el ataúd cuando lo sacó del nicho. Luego pidió la llave para abrir el féretro. El silencio se apoderó de los presentes. El médico miró el cadáver durante unos segundos y luego se dirigió a los dos familiares para explicarles que el cuerpo estaba tal y como lo velaron días atrás. La tapa del ataúd no tenía indicios de golpes ni arañazos. Tampoco había daños ni vestigios sospechosos en el hueco de cemento. Marko suspiró y agradeció la actuación policial.
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