
Secciones
Servicios
Destacamos
El juicio por uno de los casos más mediáticos de los últimos años en León llega este jueves 22 de mayo a su última jornada. Lo hace con la declaración de la acusada, quien iba a ser interrogada por primera vez ante el tribunal tras solicitar declarar al final del proceso. La sesión pondrá fin a cuatro días de testimonios que han dibujado un patrón de estafas, intoxicaciones y engaños prolongados en el tiempo.
Durante su declaración ante el tribunal, Natalia Torices ofreció un relato en el que mezcló momentos de aparente lucidez con otros marcados por la confusión y la justificación emocional. Reconoció abiertamente su adicción al juego y el consumo de sustancias, apuntando a ese contexto como detonante de muchas de sus decisiones.
«Tuve una adicción al juego durante 2017, 2018 y parte de 2019», aseguró, aunque dijo no recordar con claridad muchos detalles de aquel periodo. En sus palabras, perder dinero la sumía en un estado de tensión constante: «Cuando no podía recuperar el dinero, me moría de la rabia por dentro. Estaba que no estaba», informa Leonoticias.
Reconoció que durante esa etapa ya había iniciado el consumo de cocaína, aunque no de forma intensa. «No consumía como ahora, pero sí lo hacía. Mezclado con el juego, se volvió un cúmulo muy grande que no se sostenía». Afirmó que su psiquiatra le había recomendado buscar ayuda, pero que intentó gestionarlo por sí misma. «Yo decía que podría solventarlo sola… hasta que me di cuenta de que no», confesó.
A preguntas de su abogado, también se refirió a uno de los aspectos más polémicos del caso: su afirmación durante años de que padecía un cáncer. Natalia reconoció haber dicho que estaba enferma, pero justificó que fue inducida por el entorno de una de las familias con las que se relacionaba. «Fue todo idea del padre de las gemelas e incluso de la madre. Yo tenía 22 años. Me hicieron decirlo, fingirlo. Yo llegué a creérmelo. Lo dije en mi equipo, en mi vida cotidiana… llegó un punto que me lo creí», relató. Aseguró que esa supuesta enfermedad era parte de un acuerdo para compartir ganancias del juego. «Había un acuerdo para repartir las ganancias», insistió.
Respecto a los casos más graves del juicio, Natalia Torices reconoció por primera vez haber utilizado escopolamina dos de las víctimas más relevantes en la causa. «Sí, usé escopolamina con S. y con B. Pero no sabía que podía llegar a provocar la muerte. Lo único que sabía era lo que había visto en la televisión, en La Que Se Avecina», explicó.
Añadió que lo único que pretendía era obtener dinero, porque se sentía agobiada económicamente y necesitaba cubrir deudas. «Lo único que quería era conseguir dinero. Me notaba agobiada, presionada, y necesitaba pagar esa cantidad», declaró. En esos dos casos, dijo haber sido ella quien alertó de la situación. «Fui yo la que avisé. No quería que les pasara nada. También fui yo quien encontró al señor, en referencia a una de las víctimas, y traté de poner medios para que no le ocurriera nada. No tenía la cabeza bien en ese momento», concluyó.
Torices reconoció haber perdido el control de su vida, especialmente cuando el consumo de cocaína se intensificó: «Llegó un momento que me metí tanta cocaína para intentar solventarlo que se me iba la pinza. Tomaba cocaína para aguantar más, para seguir jugando».
En el tramo final de su declaración, Natalia Torices insistió en desvincularse de algunas de las acusaciones más graves que pesan sobre ella. «Me dieron el dinero para jugar, no voy a reconocer algo que no he hecho. Si no me hubieran dado dinero, no estaría aquí», afirmó con contundencia. También hizo referencia a su juventud y falta de madurez en aquel momento: «Fui retrasada, pero tenía 22 años».
A lo largo de la semana, las víctimas han relatado cómo compartieron encuentros con la acusada que terminaron con ingresos hospitalarios, pérdidas de conciencia o episodios de confusión severa. Todas coinciden en un punto: habían tomado bebidas servidas por ella poco antes de los síntomas. Las investigaciones posteriores revelaron la presencia de escopolamina, una droga más conocida como burundanga, capaz de anular la voluntad y facilitar el robo.
El origen de los hechos se remonta a 2016, cuando la joven, según el relato del Ministerio Fiscal, desarrolló una afición compulsiva al juego online. Para conseguir dinero, fingió padecer un cáncer que necesitaba costosos tratamientos. Durante meses, convenció a su entorno más cercano, la familia de su entonces pareja, para que le transfirieran importantes sumas de dinero. Llegó a estafar más de 200.000 euros mediante falsos informes médicos, transferencias bancarias manipuladas y correos electrónicos simulados.
Cuando esas vías se agotaron, comenzó una nueva etapa en la que, según la Fiscalía, usó burundanga para dopar a conocidos y allegados y sustraerles dinero o pertenencias. Entre los casos más graves se encuentra el de una joven que perdió la consciencia tras compartir un café con la acusada y despertó sin recordar lo sucedido, con su teléfono manipulado y 9.000 euros retirados de su cuenta. En otros casos, se describen episodios psicóticos, cuadros de agitación extrema y estancias en la UCI.
Los testimonios también han apuntado a las secuelas de largo plazo. Algunas víctimas afirman seguir recibiendo tratamiento psiquiátrico por lo vivido, con diagnósticos de estrés postraumático. La joven, conocida mediáticamente como la 'reina de la burundanga', enfrenta cargos por tentativa de homicidio, lesiones, estafa, falsedad documental y robo con violencia. La Fiscalía solicita una condena de 17 años y seis meses de prisión.
Durante el juicio también han intervenido peritos psicológicos y psiquiatras que han descrito un perfil marcado por el trastorno de personalidad y una posible alteración del control de impulsos. Aunque la acusada manifestó haber tenido problemas con el juego, los informes clínicos no concluyen que exista una adicción formal. Aun así, varios testigos sostienen que justificaba sus comportamientos por supuestas deudas o beneficios derivados de apuestas en línea.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Así se hace el lechazo deshuesado del restaurante Prada a Tope
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.