Javier y Carmen (Bibliobús de León): «Han vuelto jóvenes que ya no usaban este servicio»

Hoy los bibliobuses no salen del garaje. La pandemia del coronavirus apagó los motores y no está previsto que vuelvan a viajar antes de que acabe todo, lo que no quiere decir que el servicio pare. Nada más lejos de la realidad.

Que ya no recorren las diferentes comarcas leonesas es un hecho, pero su magia llega ahora por mensajería. Javier Menéndez y Carmen Fernández siguen trabajando en las oficinas que este servicio de la Diputación de León tiene en el Complejo San Cayetano.

Su labor ahora ha cambiado y se divide entre ordenar el material (se encontraban en plena mudanza entre pabellones cuando comenzó todo) y preparar los envíos, que salen del almacen a finales de semana. Los usuarios siguen pidiendo, ahora por email, aquellos libros que quieren leer y Javier y Carmen se los mandan a sus hogares.

Eso sí, entre las peticiones durante la pandemia hay géneros que destacan y algún nuevo usuario que anima a la esperanza. «Lo que más se lee es novela policiaca, negra, romántica y bastante histórica», explica Javier, que hace un alto en el camino para contestar a leonoticias.

De hecho, algunos jóvenes que fueron usuarios en su niñez han vuelto ahora en este nuevo formato, como comenta el responsable.

«Estamos volcados en atender las peticiones de los usuarios que nos llegan estos días, los hay que quieren acceder en línea al servicio E-Biblio, y los hay que piden más libros de los que solemos prestar, pero hasta cierto punto se permite», confiesa Javier.

Así, Carmen se dedica a preparar los envíos mientras Javier organiza el material. Cada bibliobus lleva en su interior alrededor de 3.000 ejemplares, teniendo a disposición de cada vehículo entre 15.000 y 18.000 publicaciones, protegidos en modernas estanterías.

«Se hace un poco extraño, porque el bibliobús funciona con el contacto con el usuario, se desplaza a buscarle», lamenta Javier Menéndez, que entiende que «nosotros atendemos las peticiones que nos llegan porque creemos que aunque no es una necesidad vital, hay gente que necesita un momento de ocio y la lectura lo facilita. Si podemos hacerlo lo hacemos, no hay mayor problema».

Un total de once trabajadores desarrollan su labor (muchos de ellos a través del teletrabajo) en este servicio provincial, manteniéndose Javier y Carmen al pie del cañón en el almacén de San Cayetano.

«Nosotros no somos realmente unos héroes, somos unos afortunados porque tenemos trabajo y podemos realizarlo», defiende Javier, consciete de que los que realmente lo son «son los que lo están pasando mal y los que se están jugando la vida por los demás».

El bibliobús ahora viaja por mensajería. Nuevos tiempos en los que Javier y Carmen seguirán volcándose en que la cultura llegue a la provincia.