Borrar
Una de las casas calcinadas por las llamas en Castrocalbón Dani González
León

Castrocalbón, la rabia de un pueblo entre cenizas: «Una bomba hubiera hecho menos»

Los vecinos muestran la realidad de una localidad en la que las llamas devoraron a su paso con cosechas y viviendas

Jueves, 21 de agosto 2025, 20:52

Comenta

«Una bomba hubiera hecho menos que esto». Así resume Tomás Aparicio, vecino de Castrocalbón el infierno vivido en el pueblo cuando las llamas cercaron las casas por todos sus costados y pusieron en peligro las vidas de aquellos que se quedaron a defender su territorio.

El fuego, llegando a alcanzar alturas «de quince metros», se abrió paso sin control alguno, espoleado por un aire desbocado que generó el cóctel necesario para arrasar el monte y las cosechas hasta llegar a las casas de algunos vecinos, que nada pudieron hacer para evitar el desastre, tal y como recoge Leonoticias.

Una fecha marcada para siempre

Con el incendio ya controlado en la zona, el paisaje que rodea Castrocalbón es desolador. El camino de entrada al municipio está bañado en cenizas por ambos costados, un preludio oportuno de la amarga imagen que se observa al llegar a un pueblo donde el verde ha dejado de reinar para dar paso a un color negro que sirve como indicativo de la dimensión de la catástrofe.

El martes 12 de agosto quedará marcado en la retina de todos los vecinos como uno de los días más trágicos de la historia de la localidad, a pesar de que el día arrancara con aparente normalidad. «Había fuego lejos, pero parecía controlado. De repente, al mediodía, llamé al alcalde y el me dijo que había cruzado el río, que se iba a quemar el pueblo», confirma Francisco Aldonza, vecino y voluntario del municipio.

En ese momento, se dio paso a lo que los vecinos consultados definen como «un escenario de guerra». «Era un auténtico desastre, no sé cómo explicarlo. En ese momento, no sabes cómo actuar. Ves venir el fuego y no sabes qué hacer», admite Tomás Aparicio, otro de los habitantes de Castrocalbón obligado a defenderse del fuego.

El infierno de los vecinos

Los medios no llegaron a tiempo para poder defender el pueblo y, los que llegaron, lo hicieron para evacuar a los residentes, algo que no fue aceptado por aquellos que no contemplaban otra opción que no fuera defender sus pertenencias hasta el final: «Lo único que había era guardia intentando echarnos. Yo le dije que me tenía que quedar porque sé dónde está todo y cómo está todo», reconoce Aldonza.

Ante esto, Aparicio también deja claro que «hay que salvar la vida de la gente, estoy de acuerdo y les entiendo, pero ahora mucha gente se ha quedado sin vida porque se les han quemado las casas y la cosecha».

Otra de las vecinas afectadas, que ha preferido conservar su anonimato, afirma con la voz entrecortada que «si no llegamos a quedarnos gente del pueblo y el alcalde, esto hoy no existe, no quedaría nada».

Sin luz y sin agua

Mientras las llamas seguían devorando a su paso con todo el campo que abraza a la localidad, el peor momento, como así coinciden los diferentes habitantes consultados, fue cuando «el pueblo se quedó sin agua y sin luz, lo que volvió a provocar que, cuando parecían haber controlado el perímetro de la zona de viviendas, el fuego volviera a avanzar con una virulencia abrumadora.

Estado en el que quedó una de las viviendas afectada por las llamas.

Ver 32 fotos

Estado en el que quedó una de las viviendas afectada por las llamas. DG/BP

Los daños son incalculables tanto a nivel económico como, en muchos casos, a nivel sentimental. Una de las voces consultadas, que también prefirió mostrar su versión de forma anónima, deja claro que, tras quemarse la casa de su abuelo, lo que más importa es «que ahí se quedaron todos los recuerdos, toda su vida, el sitio en el que se crió».

Destrozo material de presente y de futuro

En Castrocalbón, la agricultura y la ganadería son uno de los principales recursos sobre los que se sustentan, o sustentaban, muchos de los vecinos. Sin embargo, la visión periférica del paisaje desde la zona más alta del pueblo evidencia una realidad ineludible: de las cientos de cosechas trabajadas en la zona, apenas se cuentan con los dedos las que han quedado sin ser arrasadas por las llamas.

«He perdido el trabajo de todo el año, de toda mi cosecha no me queda nada, ahora mismo solo tengo gastos», confiesa una de las vecinas, que se encomienda a su seguro para poder empezar a recuperarse: «Yo tengo seguro y ya hemos dado parte, de la Junta y todo lo demás no sabemos nada. Supongo que nuestro alcalde estará al tanto, pero ahora mismo nosotros no estamos para eso».

Un agricultor de la zona, además de mostrarse también visiblemente afectado por la pérdida de su cosecha, auguró un difícil presagio con vistas al futuro, pues «según la normativa, una tierra quemada no se puede replantar hasta después de cinco años», lo que supone un duro varapalo no solo en este mismo año, sino también en la posterior recuperación.

Los vecinos, sin optimismo en ninguno de los casos ante las ayudas prometidas por la Junta de Castilla y León, afirman que «estos hablan mucho, pero después veremos a ver qué nos llega».

El pueblo salva al pueblo

Utilizando una frase que se repite en muchos de los pueblos afectados por la ola de incendios más importantes de la historia del país, Francisco Aldonza muestra su orgullo porque «como siempre, el pueblo fue quien salvó al pueblo, aunque fue inevitable que se quemaran casas porque había muy pocos medios para tal magnitud de incendio».

Además, él mismo reconoce que «lo veníamos diciendo durante muchos años y ha acabado pasando». «Hay un río que tiene más de treinta metros de lado a lado y era una completa selva. Si el río hubiera estado limpio, no hubiera llegado al pueblo jamás en la vida. Pero hay un árbol en el río y no te lo dejan ni quitar. Son unos ineptos todos», concluye.

Ahora, ya sin humo pero todavía con el olor que siguen dejando los restos del fuego, Tomás Aparicio, mientras contempla el terreno envuelto en cenizas, confiesa que «hay que seguir y levantarse, no queda otra».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Castrocalbón, la rabia de un pueblo entre cenizas: «Una bomba hubiera hecho menos»