«Es penoso luchar por el cierre y no por la continuidad de la minería»
El frío, la falta de oscuridad y la fuerte sensación de humedad no merma las fuerzas de los cuatro mineros de la Vasco que afrontan con fuerza el encierro en la planta 190 del pozo Aurelio, desde donde exigen al Gobierno «que cumpla y permita un cierre seguro»
a. cubillas-leonoticias
Martes, 14 de junio 2016, 19:28
«El pequeñín no lo entiende bien me dice que esté con él porque éste ya es mi tercer encierro y no lo entiende. Pero lo hago por mis hijos y por la continuidad de la minería». Son las palabras de Elías, minero pero ante todo padre, que este lunes inició un encierro con carácter indefinido en el pozo Aurelio para preservar su trabajo y con el garantizar el futuro de sus dos hijos.
Es el extracto de una conversación que este martes ha mantenido con leonoticias a través del teléfono, el único medio para comunicarse con él y sus tres compañeros, Álvaro, Daniel y Sócrates, los cuatro mineros de la Vasco que a 200 metros de profundidad escenifican el malestar de la totalidad de la plantilla ante un nuevo «desplante» del Gobierno.
La negativa del Ministerio de Industria a dar luz verde a las ayudas al plan de cierre fue la puntilla que llevó a estos cuatro trabajadores a, ataviados con mono y casco, a protagonizar el primer encierro en el interior de la Vasco desde el año 1991 ante las «complicadas» condiciones de la explotación.
En un recorte de una galería inutilizada, en la planta 190 del pozo Aurelio, se mantiene viva la lucha de la minería leonesa a través de estos cuatro trabajadores que encaran la falta de luz, el frío y una «fuerte sensación» de humedad que endurecen las condiciones.
«Hay mucha humedad y tenemos frío», señalan los encerrados que además se ven obligados a hacer frente a las filtraciones de agua. «Llueve un poco en algunas zonas y por ello lo tenemos con plásticos. La situación es bastante complicada: estamos en unos camastros hechos con madera cómo hemos podido a expensas de ir asentándonos poco a poco».
Porque su intención es la de mantenerse al frente de la lucha hasta que el Gobierno cumpla, «como no lo ha hecho hasta ahora». Los cuatro trabajadores exigen que el Ministerio de Industria cumpla con lo firmado y de luz verde a las ayudas del plan de cierre para llevar a cabo las tareas de recuperación de la unidad de interior de la Hullera.
Es la puntilla a un sector que, según denuncian, el PP se ha encargado de matar en los últimos cuatro años y que ahora se ve abocado no por su continuidad sino por llevar a cabo un cierre ordenado y evitar la extinción inmediata de 200 mineros y las graves consecuencias medioambientales, de seguridad y salubridad que conllevaría el cierre de la mina.
«Día tras día nos han colocado en el disparador hasta que ya no hemos podido más. Nos han abocado al cierre definitivo a pesar de que la minería tiene futuro más allá del 2018 y ahora encima abocan al abandono de la mina y la extinción en el plazo de un mes de la totalidad de los trabajadores», señala Sócrates.
En la misma línea se referente sus tres compañeros que lamentan que el Ejecutivo haya dejado morir a una de las empresas señeras del sector del carbón. «Es penoso hablar de cierre y no de continuidad. Es penoso que nos hayamos visto obligados a encerrarnos para evitar que se abandonen las instalaciones. Es penoso que el Gobierno siga castigando al carbón».
De ahí la decisión de iniciar un encierro. «No nos queda de otra», lamenta Elías, que asegura que es el último cartucho, la última baza para intentar tener un futuro aunque sea a corto plazo.
Una lucha en la que no están solos. Arropados por sus compañeros desde el exterior y matando el tiempo entre conversaciones con sus familiares y paseos, mantienen intactos los ánimos y las fuerzas para seguir luchando, hasta donde haga falta, como siempre. Hombres que llevan impregnados en su sangre la vida dentro de una mina, esa por la que siempre han luchado, ahora para su cese definitivo.