Hamás acusa de mantener una «política dilatoria» a Israel que ve ahora posible la tregua en «una o dos semanas»
La milicia acusa a Netanyahu de «obstruir cualquier acuerdo» mientras el plan para la retirada de las tropas hebreas de la Franja se ha convertido en el principal escollo
La perspectiva de una tregua en Gaza «en un día» se esfuma. La hipótesis que gana fuerza en este momento es que el alto el ... fuego podría conseguirse en «una o dos semanas», según los israelíes, como consecuencia de unas negociaciones que avanzan, pero que presentan amplias lagunas. El propio presidente de EE UU, Donald Trump, parece resignado a que el silencio de las armas en el territorio palestino ya no se produzca antes de este fin de semana y deba esperar varios días más. Hamás acusa al Estado hebreo de mantener tácticas dilatorias para retrasar o hacer naufragar las conversaciones.
Las declaraciones cruzadas se suceden. El Gobierno de Catar ha hecho llegar al isarelí el mensaje de que la milicia ya está preparándose para la tregua y ha comenzado a organizar la liberación de los rehenes. Sin embargo, existe un escollo fundamental: hasta dónde se retirarán las Fuerzas de Defensa que ahora ocupan el 75% de la Franja.
En cambio, miembros de Hamás han manifestado al Canal 12 que las negociaciones no funcionan como deberían debido a las resistencias de Israel. «La delegación (israelí) en Catar no es fiable y trabaja con lentitud. Netanyahu proyecta un ambiente positivo que no refleja la realidad de las negociaciones». Según estas fuentes, el equipo hebreo se está »limitando a escuchar en lugar de negociar« y consulta »cada tema« con Netanyahu y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, que ha viajado esta semana con el primer ministro a Washington. »Es una continuación de la política dilatoria de Netanyahu para obstruir cualquier posible acuerdo«.
El propio presidente estadounidense, Donald Trump, ha aflojado en sus expectativas y ampliado el plazo para un acuerdo a «ésta o la próxima semana», aunque sigue convencido de que la tregua terminará firmándose. «Creo que tenemos una oportunidad esta semana o la próxima, aunque no es definitiva. No hay nada definitivo sobre la guerra en Gaza», explicó durante la noche del miércoles.
Resulta significativo que Steve Witkoff, su enviado especial a Oriente Medio, tenía previsto viajar el martes a Catar para acelerar el diálogo entre los dos bandos, pero ha aplazado el vuelo sin fecha conocida. Netanyahu, por su parte, ha expresado que «Trump y yo tenemos un objetivo común. Quiero lograr la liberación de nuestros rehenes. Queremos acabar con el dominio de Hamás en Gaza» y que «no represente una amenaza para Israel». Pero añadió que el alto el fuego se firmará sin »poner ningún precio« por parte de la milicia.
Dos reuniones
El primer ministro hebreo ya se ha reunido en dos ocasiones con el presidente de EE UU. Mientras, las negociaciones indirectas entre Hamás e Israel avanzan en Doha. Pero el acuerdo de alto el fuego en Gaza no llega. Sobre el terreno, los israelíes intensificaron sus operaciones con una ofensiva a gran escala en Beit Hanoun, enclave del norte de la Franja donde el lunes murieron cinco soldados en una emboscada, y mataron a más de 100 personas en varios bombardeos. A la espera de la tercera reunión entre los dos líderes, ambos lados mantienen un moderado optimismo que parece no encajar con el clima que se vive en el teatro de operaciones: este miércoles un militar hebreo de 25 años fue abatido a tiros en Jan Yunis, y otro resultó herido de gravedad en el norte de la Franja.
Mientras, al otro lado del mundo Netanyahu hablaba con Trump de «la gran victoria que logramos sobre Irán» y la necesidad de liberar a los rehenes sin renunciar a la «eliminación» de la capacidad militar de Hamás. Objetivos que, a corto plazo, no parecen compatibles ya que la salida segura de los cautivos depende del acuerdo con los islamistas, como se ha demostrado en las dos treguas de los últimos veinte meses.
Netanyahu ha ido dos veces a la Casa Blanca en apenas 48 horas y no ha habido rueda de prensa. El diario 'The Jerusalem Post' destacó que «la limitada oportunidad para la prensa y la falta general de ceremonias públicas indican que las reuniones no fueron para dar espectáculo, sino para cerrar negocios». Trump tenía prisa por anunciar el acuerdo. El portal Axios informó de la visita al Despacho Oval de enviados de los mediadores de Catar, en un intento de acelerar el proceso.
Steve Witkoff, negociador de EE UU, aseguró el martes que los obstáculos que impiden a Israel y Hamás llegar a un acuerdo habían disminuido de cuatro a uno. Medios árabes como 'Asharq Al Awsat' indicaron que el gran problema es la retirada de las fuerzas israelíes, en especial del corredor de Morag. Este es el pasillo que han construido los hebreos para dividir el sur de Gaza del resto del territorio y la zona en la que los israelíes planean levantar una «ciudad humanitaria» para concentrar a 600.000 palestinos y no permitirles salir de allí, salvo para irse a otro país. El diario 'The Times of Israel' aseguró que Tel Aviv presentó a los mediadores mapas con las nuevas líneas para la marcha parcial de las tropas durante la tregua de dos meses.
Los problemas que ya estarían superados serían el reparto de ayuda –que volvería a manos de las agencias de la ONU durante la tregua– y la garantía personal de Trump de que el alto el fuego se estirará hasta acabar la negociación que lleve al final de la guerra, exigencia de los islamistas desde los primeros contactos. Los camiones de Naciones Unidas regresarían a Gaza, al tiempo que se mantendrían abiertos los puntos de reparto de la polémica Gaza Humanitarian Foundation.
La hoja de ruta marca una tregua de dos meses en los que los islamistas liberarán a 28 rehenes, 10 de ellos con vida, e Israel sacará de prisión a unos mil presos, varios de ellos condenados a cadena perpetua. La misma fuente aseguró que «estas conversaciones son diferentes a las anteriores y están avanzando debido a la participación directa de Estados Unidos a través de Trump». La última palabra la tiene el líder republicano, el mismo que en febrero planteó limpiar Gaza de palestinos para levantar allí la 'Riviera de Oriente Medio', un plan que Israel ha tomado en serio.
Sanción a la relatora de la ONU
Por otra parte, a última hora de ayer se supo que la administración de Donald Trump ha sancionado a la relatora especial de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, acusada de llevar a cabo una «campaña de guerra política y económica» contra EEUU e Israel que «ya no será tolerada». El secretario de Estado, Marco Rubio, explicó a través de la red social X que las medidas contra Albanese se producen «por sus ilegítimos y vergonzosos esfuerzos para impulsar la acción del Tribunal Penal Internacional contra funcionarios, empresas y ejecutivos estadounidenses e israelíes».
Albanese ha sido una de las figuras más críticas con las operaciones militares de Israel en la Franja de Gaza y en Cisjordania. Las autoridades israelíes la tildan de «antisemita» y de apoyar a las milicias palestinas.
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