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M. Pérez
Lunes, 9 de junio 2025, 16:23
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, sigue dispuesto a aplicar la máxima presión sobre sus aliados. En Londres, donde este lunes pronuncia una ... conferencia en el centro de estudios de Chathman House, ha revelado que la inversión en defensa aérea y misiles de la Alianza debe cuadriplicarse para actualizarse a guerras como la de Ucrania, donde los bombardeos con proyectiles logísticos y drones son constantes.
Rutte esta decidido a mantener el pie apretado sobre el acelerador hasta la cumbre de la organización trasatlántica que tendrá lugar el 24 y el 25 de junio en La Haya (Países Bajos). Y lo hace con anuncios como éste, donde quiere hacer ver a los socios que la demanda de gastar un 5% del PIB de cada país en inversiones militares tiene una motivación real. En este caso, su discurso londinense quiere centrarse en que la defensa aérea constituye posiblemente la mayor flaqueza de la Alianza, cuyos ejércitos sumados solo disponen de cazas y armamento para proteger un 5% de los cielos en el flanco con Rusia.
Fuentes militares interpretan que el político neerlandés intenta hacer ver con estos ejemplos las necesidades concretas de la OTAN y desactivar discursos incompatibles con la escalada en las inversiones. De cara al cónclave en Holanda, España ya ha adelantado que se encontraría más cómoda si allí se habla de «capacidades» y no de cuotas. Defensa considera que con el 2% de gasto ya cubre todas las responsabilidades que le asigna la institución.
Según Rutte, la capacidad de la organización para hacr frente a ataques masivos como los que Moscú lanza sobre Ucrania son insuficientes. Es más, mandos militares occidentales han desarrollado análisis sobre lo que pudiera ser un conflicto bélico convencional con Rusia (es decir, sin armas nucleares) y, repitiendo el modelo ucraniano, estiman que las fábricas, centros logísticos, infraestructuras eléctricas y ciudades del Viejo Continente serían los primeros objetivos de los misiles. Y que, para contrarrestarlos, los socios occidentales deberán estar mejor preparados.
La actualidad de la guerra le ha venido a dar la razón en este lunes. Aviones de combate polacos y aliados han tenido que despegar y vigilar la frontera con Ucrania ante la lluvia de drones y misiles que la exrepública ha recibido de parte de los invasores. Moscú ha enviado 479 drones y 20 misiles sobre el país vecino en la oleada más dura desde el inicio de la guerra..
«Vemos en Ucrania cómo Rusia lanza terror desde arriba, así que reforzaremos el escudo que protege nuestros cielos», ha declarado Rutte en Londres. «Necesitamos un salto cualitativo en nuestra defensa colectiva. Debemos contar con más fuerzas y capacidades para implementar plenamente nuestros planes de defensa», ha añadido. De inmediato, la reacción rusa ha sido de condena. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha indicado que la propuesta defensiva supone un «instrumento de agresión y confrontación».
El jefe de la OTAN propone aumentar un 400% el gasto para la fabricación y adquisición de nuevos aviones de combate, misiles, drones y sistemas de defensa tierra-aire, además de los correspondientes dispositivos electrónicos para interceptar cualquier proyectil o avión no tripulado enemigo. Algunos socios, como el Reino Unido, ya se están equipando en este sentido y Alemania pronto seguirá su estela. Este apartado encabeza la lista de prioridades de Rutte en gasto militar, pero no es la única. «Nuestros ejércitos necesitan miles de vehículos blindados y tanques nuevos, así como millones de municiones de artillería», ha anunciado, alentando de nuevo a los gobiernos aliados a incrementar la inversión tal y como exigen la OTAN... y Estados Unidos.
La próximo cumbre de Países Bajos es crucial para la alianza de EE UU con la OTAN, después de que Donald Trump amenazara con romper vínculos con aquellos aliados que no cumplan sus inversiones en la defensa. El secretario de Estado, Marco Rubio, y el jefe del Pentágono, Pete Heghseth, han enviado sendos mensajes muy claros de que la cuota es el 5% y que no habrá excepciones, ni siquiera de «nuestros amigos españoles».
Rutte sabe que la reunión no será sencilla, que Washington es indispensable en la arquitectura de la Alianza y que no será él quien asista a su fractura. Ha maniobrado para introducir en la discusión el 'Plan de Inversión de La Haya'. El proyecto mantiene el listón financiero en el 5%, pero lo divide en un 3,5% de inversión en bienes estrictamente militares y el 1,5% restante en otros elementos de Defensa, un cajón de sastre en el que tiene cabida una variedad de propuestas más amplia como las obras viarias encaminadas a reforzar carreteras y puentes con vistas a soportar el paso de blindados en caso de necesidad. Rutte acudirá a la cumbre con los informes de la propia OTAN, según los cuales, la red viaria europea presenta dificultades para movilizar tropas terrestres de este a oeste a toda velocidad en caso de que estallase un conflicto bélico.
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