Trump promete «dar una paliza a los lunáticos de la izquierda radical» por el asesinato del activista Charlie Kirk
La ultraderecha pide al presidente mano dura tras la muerte del influencer trumpista, mientras republicanos y demócratas intentan apelar a la calma
«Esto es la guerra», declaró al millón de oyentes de su podcast Alex Jones, fundador de InfoWars. Sus palabras no hubieran provocado los mismos ... escalofríos si no se hicieran eco del clamor de la ultraderecha estadounidense, apoyada por el presidente Donald Trump, que pide venganza por la muerte del activista de 31 años Charlie Kirk, asesinado el miércoles de un disparo durante un acto en la Universidad del Valle de Utah.
En el Ala Oeste de la Casa Blanca no había más que rabia, lágrimas y ojos enrojecidos. Kirk tenía acceso directo al presidente, cuyo hijo Erick le consideró este jueves en las redes sociales «más que amigo, un hermano pequeño». Se le considera instrumental en la victoria electoral de noviembre por haber conseguido con su organización Turning Point que la Generación Z diera un vuelco hacia el conservadurismo.
Desde el solemne escenario del Despacho Oval, donde otros jefes de Estado han llamado a la calma en momentos de turbulencia política, Trump decidió azuzar la hoguera cargando contra los medios de comunicación y «la izquierda radical», cuyo discurso culpa del asesinato de Kirk, «a quien durante años han comparado con los nazis y con los peores asesinos de masas y criminales del mundo», bramó. El presidente no solo ha prometido encontrar al autor de su muerte, presuntamente un joven vestido con una sudadera negra que le disparó desde un tejado con un rifle de alta capacidad, abandonado después entre los arbustos, sino también «a cada uno de los que contribuyeron» con su discurso a ese asesinato. Eso, «incluyendo a las organizaciones que los financian y apoyan», advirtió el mandatario, así como a cualquiera que ataque «a todos los que aportan orden» en el país.
«Ya es más que hora de que todos los estadounidenses y los medios afronten el hecho de que la violencia y el asesinato son la trágica consecuencia de demonizar, día tras día y año tras año, de la forma más odiosa y despreciable posible, a quienes piensan distinto», afirmó. Su lista de ejemplos empezaba por el atentado contra su vida en Butler (Pensilvania), cuyo autor estaba inscrito como republicano y había investigado también la agenda de Joe Biden y otros cargos de su gobierno, y continuaba con todos los ataques perpetrados en los últimos años contra republicanos, sin mencionar ninguno contra demócratas. Perdía así una preciosa oportunidad de templar los ánimos y alzarse por encima de las divisiones políticas que se han agudizado desde que apareció en la escena electoral en 2015 demonizando a los inmigrantes.
Este jueves, un Trump visiblemente furioso continuó con los planes que tenía de recordar el 24º aniversario del ataque a las Torres Gemelas del 11-S. El vicepresidente y la segunda dama, J. D. y Usha Vance, cancelaron su presencia en los actos conmemorativos en Nueva York para encontrarse en Salt Lake City con la familia de Kirk y ofrecer a su viuda y a sus dos hijos el consuelo de la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos también habló por teléfono con la viuda de Kirk por la tarde. Antes de viajar a Nueva York para ver un partido de béisbol, adelantó a los reporteros de la Casa Blanca que tiene previsto asistir al funeral de su joven aliado. También llamó «animal» al asesino de Kirk y agregó: «Les daremos una paliza a los lunáticos de la izquierda radical».
El francotirador, que sigue fugado, grabó mensajes a favor del colectivo transgénero en las balas
El inquilino de la Casa Blanca concederá la Medalla Presidencial de la Libertad al fallecido
Desde su vuelta a la presidencia el pasado 20 de enero, Trump ha indultado o conmutado a alrededor de 1.500 personas acusadas o condenadas por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
El Departamento de Estado no ha tardado en hacerse eco de su decisión de poner freno al discurso crítico de la izquierda, empezando por los más vulnerables. El subsecretario de Estado, Christopher Landau, auto apodado 'El Quitavisas', anunció este jueves que «tomará las medidas adecuadas» contra los extranjeros que elogien, justifiquen o trivialicen en redes sociales la muerte de Kirk, un provocador profesional que iba por los campus universitarios del país atacando a los transexuales, a los inmigrantes, el feminismo, la justicia racial y repartiendo camisetas de 'El socialismo apesta' y 'Amo los Combustibles Fósiles'. Más de 6.000 estudiantes habían firmado una petición para que no fuera al campus donde fue asesinado, frente a mil que solicitaron entradas.
Las últimas palabras
Con el título 'Prove Me Wrong' (Demuéstrame que estoy equivocado) organizaba sesiones de preguntas abiertas donde retaba al público a «refutarlo», buscando enfrentamientos verbales que pudieran ser grabados y viralizados en redes sociales, como prueba de que «la izquierda no tolera la libertad de expresión», solía decir. Cuando fue asesinado el miércoles de un disparo en el cuello llevaba una camiseta blanca que decía 'Freedom' (Libertad) y contestaba a un joven que le preguntaba si sabía cuántos autores de tiroteos masivos ha habido en EE UU. «Demasiados, contestó él». El autor de la pregunta puntualizó: «Cinco, pero te doy la razón, son demasiados. Ahora, ¿sabes cuántos tiroteos masivos ha habido en los últimos diez años?». Kirk, un orador brillante que diseñaba los diálogos más para generar reacción emocional y visibilidad mediática, que para promover un debate académico tradicional, se salió por la tangente. «¿Contando los que ocurren entre bandas?». Esas fueron sus últimas palabras y más viral de todos los vídeos que ha proporcionado.
Su objetivo siempre fue exhibir el choque cultural y presentar a los estudiantes progresistas como intolerantes, reforzando el relato de persecución conservadora que ahora encarna como un «mártir de la verdad y la libertad», le dedicó Trump, que le otorgará a modo póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad en una ceremonia «de masas», ha prometido.
Kirk no tenía ningún cargo político y, aun así, el presidente ordenó que se bajaran las banderas a media asta, dio su tercer discurso solemne en horario de máxima audiencia desde el Despacho Oval y abrió con su recuerdo la ceremonia del 11-S en el Pentágono recordándole. Como entonces, la tragedia de un atentado puede estar seguida por una oleada de represión política y social de los autores percibidos. En 2001, 15 de los 19 secuestradores del 11-S eran de Arabia Saudí, aunque los países invadidos fueron Irak y Afganistán, y el líder de al-Qaeda Osama Bin Laden, también saudí, fue asesinado diez años después en Pakistán.
El 24 aniversario de aquellos atentados que cambiaron al mundo sirvió para que este jueves estuvieran en los estudios de televisión como testigos los halcones del Gobierno de George W. Bush, que por contraste con la radicalización actual se han vuelto moderados. Fue Karl Rove, en Fox News, arquitecto electoral de Bush por su influencia con la derecha cristiana, quien alabó la condena unánime de los demócratas al asesinato de Kirk y recordó a la legisladora de Minnesota asesinada con su marido en junio, Melissa Hortman, el incendio en abril de la casa del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, y el ataque contra el marido de Nancy Pelosi en 2022, además del asesinato en Nueva York en diciembre del consejero delegado de United Helathcare y de una pareja de empleados de la embajada israelí en Washington en mayo.
«Infiltrar, desbaratar»
«No sabemos aún cuál será el argumento tras este asesinato», aclaró Rove, recordando que muchos de estos asesinos son desequilibrados que buscan notoriedad. «Lo que pide este momento es que cada estadounidense se proponga hacer todo lo posible por rebajar la tensión y dejar muy claro que todos somos estadounidenses».
Por el contrario, entre los líderes de opinión de la ultraderecha actual, el comentarista Christopher Rufo dijo que «Ha llegado la hora, dentro de los límites de la ley, de infiltrar, desbaratar, detener y encarcelar a todos los responsables de este caos». Y Laura Loomer, una de las voces más influyentes en la Casa Blanca, pidió al presidente que honre el legado de Kirk «reprimiendo a la izquierda con toda la fuerza del Gobierno».
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Otros casos
28 de octubre de 2022.
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Paul Pelosi, marido de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, fue agredido con un martillo en la vivienda familiar en San Francisco (California). El atacante, de 42 años, apoyaba la teoría del fraude en las elecciones de 2020. Fue detenido.
13 de julio de 2024.
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Un veinteañero disparó a Donald Trump, entonces candidato republicano a la Casa Blanca, durante un mitin en Butler (Pensilvania). Le alcanzó en una oreja. El tirador fue abatido.
13 de abril de 2025
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Un hombre de 38 años incendió la residencia de Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, mientras la familia del demócrata dormía. No hubo víctimas y el atacante, que dijo «odiar» al político, se entregó a la Policía.
14 de junio de 2025.
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La congresista demócrata por Minesota Melissa Hortman y su marido fueron asesinados a tiros en su domicilio. El autor, de 57 años, había disparado antes al senador progresista John Hoffman y a su mujer. Le arrestaron tras un enorme despliegue policial.
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