Boris Johnson enfría el deseo de reactivar la economía en su regreso al frente del Gobierno

El primer ministro, Boris Johnson, ha pedido a la población británica «que no pierda la paciencia» y mantenga las normas de distanciamiento establecidas hace un mes, en una declaración en el exterior de la puerta del 10 de Downing Street, donde el jefe de Gobierno tiene su sede y su residencia. Johnson regresó el domingo desde Chequers, la mansión campestre en la región de Buckinghamshire donde ha pasado su convalecencia.

El retorno a sus funciones era esperado porque su liderazgo es quizás necesario para decidir cómo se atraviesa lo que el primer ministro describe como «el momento de máximo peligro». El confinamiento habría fundado la victoria en la primera fase- evitar el desbordamiento de la capacidad hospitalaria- y ahora hay que compaginar la reactivación económica con no provocar un segundo brote agudo, según Johnson.

En un pasaje dirigido a empresarios, comerciantes o al sector de la hostelería, Johnson les aseguró que entiende «su ansiedad y su impaciencia». «Sé que sin nuestro sector privado… no habría economía, no habría dinero para financiar los servicios públicos, los fondos para el Servicio Nacional de Salud(NHS)», dijo. «Yo comparto vuestra urgencia,... pero dejar que la ratio de transmisión de este virus supere de nuevo el 1 llevaría a más muertes y también a un desastre económico».

Johnson definió el criterio que el Gobierno seguirá para decidir cuándo ha llegado el momento de «iniciar, uno a uno, la combustión en los motores de la economía» enumerado los cinco pilares ya anunciados en su ausencia por el ministro de Sanidad, Matt Hancock: descenso del número de muertes y de la ratio de infecciones, protección del NHS, resolver el problema de los test y del equipamiento clínico, y evitar un segundo punto álgido.

Los pilares no permitirán evaluaciones aisladas- salvo quizás en el caso de la disponibilidad de test y equipamiento- porque están relacionados. Si se reducen las infecciones, es muy posible que haya menos muertes, menos hospitalizados y también menos peligro de desbordamiento hospitalario y menos probabilidad de un segundo brote agudo.

El ministro Hancock explicó la pasada semana que el plan para la transición está basado en multiplicar el número de test, identificar a las personas que han estado en contacto con quien da positivo e interrumpir esas cadenas de transmisión mediante cuarentenas de los afectados y sus allegados. Pero hubo el sábado casi 4.500 nuevos casos confirmados de infección. Son cifras que el sistema diseñado por el Gobierno, con una plantilla de 18.000 personas, no podría controlar.

Johnson ha prometido que informará al público de los planes del Gobierno en los próximos días y que lo hará también con los partidos de la oposición. El problema no está en la política de partidos, en la que los conservadores tienen garantizada la estabilidad salvo que cometan algún craso error, sino en saber si la población está harta y quebrará su disciplina, tras un mes de restricciones.

El adelanto del plan de relajación del confinamiento ha sido una petición insistente del nuevo líder laborista, Keir Starmer, que ha rehuido la publicación de su propia propuesta argumentando que no quiere provocar una polémica entre planes alternativos. Los gobiernos autonómicos de Escocia y Gales han publicado avances de sus estrategias.

El laborista Andy Burnham, alcalde metropolitano del Gran Mánchester, expresó el domingo reparos a que las restricciones sean desiguales en diferentes regiones o que su relajación se gradúe por sectores de la economía, defendiendo en su lugar que se dicten estándares que deberían cumplir todas las empresas o establecimientos de hostelería que quieran reanudar su actividad.

La presión de diputados importantes en el grupo conservador para que el Gobierno ofrezca más claridad sobre la transición, la presencia, revelada por 'The Guardian', del influyente asesor de Johnson, Dominic Cummings, en reuniones del comité científico apolítico que asesora al Ejecutivo y el rechazo de una prórroga del 'brexit' son otros factores del contexto en el regreso de Johnson.

El permiso para ir a la compra salir de casa con el fin de hacer ejercicio ha sido una espita de tensión desde el 26 de marzo, como los jardines de las viviendas construidas en amplias áreas urbanizadas del país. La buena noticia para Johnson es que su regreso coincide con un cambio en el tiempo, más frío y lluvioso esta semana, según los pronósticos, menos tentador por tanto para incumplir la recomendación del Gobierno de moderar las salidas de casa.