Borrar
Una niña de 14 años muestra los efectos un accidente laboral.
El trabajo infantil, mano de obra barata que alimenta el crecimiento en Birmania

El trabajo infantil, mano de obra barata que alimenta el crecimiento en Birmania

La legislación permite que se incoporen al mercado laboral desde los 14 años, pero algunos incluso falsean su documentación para empezar antes

Hla-Hla HTay (AFP)

Jueves, 23 de marzo 2017, 01:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A los catorce años San Min Hteik llevaba trabajando menos de una semana en una acería cuando una máquina le cortó dos dedos, convirtiéndolo en una nueva víctima del 'boom' económico de Birmania que puebla de niños las fábricas. El joven San Min Hteik perdió dos dedos y, semanas después del accidente, los doctores no saben si podrán salvar los otros.

San Min Hteik es uno de los miles de jóvenes que alimentan con mano de obra las fábricas de Birmania. Desde que el país dejó medio siglo de gobierno militar, los inversores extranjeros se apresuran para aprovechar el rápido crecimiento económico que generó el cambio de régimen.

Uno de cada cinco niños de entre 10 y 17 años trabajan en Birmania, uno de los peores países del mundo en términos de trabajo infantil. Muchos de los niños que trabajan para ayudar a sus familias venden flores, sirven té o trabajan como empleados domésticos. Otros trabajan en las cada vez más numerosas fábricas de capitales extranjeros que se instalaron en Birmania transformando la economía del país en la más dinámica de la región, con un crecimiento esperado este año de 7 %.

"No puedo hacer lo que quiero, me siento deprimido", dice San Min Hteik en su casa de Hmawbi en las afueras de Rangún, mirando fijamente su mano vendada. "Quiero que mi familia tenga un estándar de vida decente. Quiero que mi familia sea capaz de comer lo suficiente... que pueda vestirse como los otros", dice.

Por su accidente, la planta china de procesamiento de hierro 999 lo indemnizó con 2,5 millones de kyat (unos 1.800 dólares). Su madre, Tin Tin Htay, dice que utilizarán el dinero para pagar los gastos médicos y asegurarse de que sus dos hermanos vayan al colegio. "Cuando nos dieron el dinero me sentí triste, como si estuviésemos comprando la mano de mi hijo con ese dinero", lamenta. Los periodistas de AFP no pudieron entrar en la planta 999 y un empleado contactado por teléfono indicó que la empresa no haría comentarios.

San Win, un responsable sindical local que ayudó a San Min Hteik a llegar a un acuerdo con su antiguo empleador, explica que muchos padres incitan a sus hijos a ir a trabajar para que ayuden a mantener la familia. "No podemos pedirles que no envíen a sus hijos a trabajar. Tienen sus dificultades", añade.

En Birmania, los menores de edad pueden comenzar a trabajar legalmente a los 14 años, pero la jornada laboral no puede exceder las cuatro horas. El peligroso trabajo en las industrias les está prohibido. Pero los expertos dicen que se conoce poco la legislación y muchos niños, incluso más jóvenes, son enviados para trabajar en un país en donde una de cada cuatro personas vive por debajo de la línea de pobreza.

El tema es problemático para las empresas occidentales con estándares de responsabilidad social y que buscan en Birmania aprovechar el bajo coste laboral. El salario mínimo es de alrededor de 33 centavos de dólares la hora, por debajo de Tailandia, Camboya, China e Indonesia.

Zinnar, de 12 años, es una de las tantas niñas y niños de Birmania que utilizó documentación falsa y pudo trabajar en una fábrica. Lavaba y planchaba ropa durante ocho horas por día. Pero los dueños de la planta recortaron su horario a la mitad cuando se enteraron de su verdadera edad. "Quiero trabajar a tiempo completo como antes", dice la niña que hoy tiene 14 años. "Puedo trabajar un día completo porque estoy con buena salud, pero la ley no me lo permite", explica.

Ei Thae también comenzó a trabajar a los 12 para taller proveedor de ropa para la marca sueca H&M. "Dejé esta planta para buscar un nuevo trabajo, pero no encontré porque era menor, así que tuve que regresar", explica Ei, que ahora tiene 15. "Quiero regresar a la escuela pero no es posible, así que sigo trabajando", añade.

Una portavoz de H&M indicó que la empresa trabaja con proveedores y expertos de la industria para asegurarse de que los jóvenes trabajadores son empleados acorde a la legislación y son tratados con "respeto".

La Asociación de Productores textiles de Birmania rechazó la semana pasada las acusaciones de trabajo infantil en el sector. Selim Benaissa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que los niños que trabajan fuera de las fábricas terminan generalmente con empleos más peligrosos, como recolectando basura o prostituyéndose. "Los niños trabajarán de todas formas, es algo totalmente aceptado, incluso por los niños mismos", asegura.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios